miércoles, 13 de mayo de 2009

Arte y crimen


Luis Britto García

1 Proclamó Honorato de Balzac que en el comienzo de una gran fortuna hay un crimen. También en el inicio de toda estética.Pillos y camorristas han sido los sujetos por excelencia de las artes. Mientras más prójimos despachaban Sansón y Aquiles, más bonitos quedaban en las estatuas.
Las mitologías son un prontuario de todos los delitos que se podían cometer con las armas de la Edad de Bronce. No hablo de los Libros Sagrados, porque superan el promedio de hecho punible por página. La única mnera de que los asesinos no traten al arte como un delito es elevar el delito a la categoría de arte.
2 Mientras mayor el genocidio, más conmovedor el arte que lo celebra.
En materia de crímen, mayor es calidad. Mediante el derroche proclama el rufián que no le ha costado trabajo lo que dilapida.
Las pirámides, la Muralla China, son exposiciones perpétuas de trabajo robado.
La argamasa de las graandes arquitecturas es la sangre de quienes las erigieron.
Para recordarle se hacían con tanta frecuencia en ellas sacrificios humanos.
Concluído el Taj Majal, al arquitecto le arrancaron los ojos para que no pudiera crear obra equiparable
Más de cinco millones de indígenas perecieron en los socavones del Potosí para costear el eplendor de Europa.Ni siquiera la utlidad dispensa de la hecatombe.
El Canal de Suez es supultura de cientos de miles de siervos; el de Panamá de millones de peones y de coolíes.Los grandes Museos exhiben por lo regular botines pillados a otras culturas.
3 Pedos filosofantes, alcahueta de mandriles, llamó Alous Huxley a la Razón.
La mala estética siempre adula al Poder. Prueba de ello la glorificación del forajido como conquistador en La Araucana la eufimización del pirata como pícaro en La Isla del Tesoro y como bufón en Peter Pan.
En tiempos de las bárbaras naciones acostumbraba el pillo echarse todo el botín encima, por si tenía que salir corriendo. De allí la sobrecarga decorativa de las indumentarias de linajes y noblezas.La quincalla de los trajes de las oligarquías apenas claudicó ante la detestable sobriedad a mediados del siglo XIX, cuando el pillaje generalizado resultó prudente esconder los activos en el Banco, de donde no tardaban en desaparecer en manos del más peligroso rufián conocido, el banquero.
4 Postuló Proudhon que la propiedad es el robo.Toda irresistible ascensión económica es sospechosa.Ni el dinero ni el pus aparecen solos: ambos brotaan de la infección.Por tanto el pandillero pasa a ser el héroe de una sociedad de salteadores. Las supuestas hazañas de Jesse James, Billy The Kid, Doc Holliday,Billy
Wild Hickock y Pat Garret son celebradas por la misma prensa que exalta el saqueo de la mitad del territorio mexicano, , la invasión de Cuba, la anexión de Puerto Rico y las Filipinas y la ocupción de Panamá y Colombia.Scott Fitzgerald sublima en El Gran Gatsby la tragedia del ganster que después de arrancar el dinero a los infelices es interrumpido por un balazo mientras trata de usarlo para comprar status.
Este sueño literario se hace realidad con la consagración del glamour Kennedy,
cuando el pistolerismo asalta públicamente la Casa Blanca y la ocupa hasta que los certeros balazos de uno o más colegas imponen el orden del disimulo.
El viejo Joe Kennedy, padrino de laa pandilla, fue un notorio ganster enriquecido por el contrabando de licor, honorable industria cuyos réditos libres de impuestos lavó en la segunda industria menos honorable del mundo, el negociado cinematográfico , e invirtió en la compra de un cargo de embajador en Inglaterra, desde donde promover con mayor libertad su ideología fascista y la carrera política de su hijo John.
5 La campaña electoral de John Kennedy es motorizada por el Rat Pack: Frank Sinatra, Dean Martin, Sammy Davis Jr. y Jerry Lewis, pandilla de protegidos de Las Vegas ( la Disney Landia del mafioso) que coronan el golpe de reducir una contienda electoral a la ideología del night club.
Ya en el poder Jack rompe record en el pandillerismo a gran escala intentando asaltar Cuba con un gang de mercenarios y rufianes a sueldo.
Derrotados éstos bajo la pedagogía casinera de Las Vegas se juega la aniquilación de la humanidad en la llamada Crisis de los Cohetes.
Derrotado también en ella, como legado imperecedero al país que lo toleró
le deja la Guerra de Vietnam, en la cual no sale derrotado él sino Estados Unidos.
Esta historia de amor y dolor queda previsiblemente interrumpida cuando un certero balazo acaba con el protagonista y otro más certero todavía disparado por el mafioso Jack Ruby sella los labios del testigo clave: drama representativo de un país donde los pandilleros ponen y quitan presidentes y estilos estéticos.
6 Pues así como David Rockefeller promovió el expresionismo abstracto por su falta de ideología, los más notorios malhechores de Estados Unidos
elevan el Las Vegas Look a razón de Estado.
Así como el cowboy de utilería Reagan negocia drogas para atacar Irán y Nicaragua, Clinton convierte la Casa Blanca en gimnasio del sexual harassment y Bush padre e hijo en guarida de banqueros salteadores de países.
Ni el amor ni la delincuencia pueden ocultarse.
Así como el enamorado clama por comunicar su dicha, perece el amigo de lo ajeno por restregarle a todos en la cara su botín.
El Estilo Casino, el deslumbramiento por los Cadillacs negros, las lentejuelas, la mostacilla, los anuncios luminosos, el cromo, el desayuno y las rubias platinadas enviadas a la habitación, los casinos manejados como Bolsas de Valores y las Bolsas de Valores manejadas como garitos, los centros comerciales, los gobiernos comerciales, el sicariato chic, el falso mármol, los falsos positivos, paramilitares, parapolíticos, ciudades con más casinos que universidades, gobiernos convertidos en garitos y garitos elevados a gobierno son el mostrador evidente de la dictadura del crimen organizado.Es esto lo que debe destruir una Revolución y un Arte Revolucionario.Contra la estética del Poder, el poder de la Estética.



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