sábado, 14 de diciembre de 2013

Se fragua golpe de Estado contra Santos

El trasfondo del incidente Petro


Petro se queda./kaosenlared.net

Gustavo Petro lanzó una prueba de fuego a Santos. En un contundente discurso ante más de 100 mil personas reunidas en la Plaza de Bolívar de Bogotá y en las calles aledañas, Petro demostró cómo el Procurador no tiene la potestad para destituirlo sino que además – al atribuirse esa función –, está desconociendo la autoridad del Presidente de la República, quien según la Constitución Política de Colombia, la Convención Interamericana de DD.HH. y la Ley Estatutaria de Bogotá, es el único que podría removerlo de su cargo siempre y cuando exista un fallo condenatorio de un juez penal.

Es más, el burgomaestre de Bogotá dejó claramente planteado que el presidente Santos ya debía haberse pronunciado sobre esa arbitrariedad. Es decir, que el presidente ha permitido el irrespeto de su investidura y por tanto, es cómplice de la violación de la Constitución. Además, Petro le notifica al presidente que así como los enemigos de la Paz lo quieren destituir a él, pronto irán por Santos. Es un fuerte y alarmante llamado de atención.

La democracia de calle y participativa que el alcalde Petro está construyendo con el pueblo bogotano y colombiano, ha puesto contra la pared a Juan Manuel Santos, quien representa la democracia agonizante que ha utilizado la oligarquía neo-granadina para eternizarse en el poder. Petro ha demostrado cómo la sentencia del Procurador que lo pretende destituir, es una jugada a tres bandas que han lanzado los enemigos del proceso de Paz para minar la precaria confianza que se está construyendo en La Habana y para provocar una situación que puede desencadenar un Golpe de Estado militar a nivel nacional. 

La secuencia de la situación es la siguiente: Si se concreta la destitución de Petro, ya sea porque el presidente Santos se haga el de la vista gorda o porque termine respaldando plenamente al Procurador, ello destrozaría el proceso de Paz. Significa de hecho borrar de un plumazo lo que el gobierno acaba de pactar con las FARC sobre garantías para su participación política. Si cae Petro, se van a pique las conversaciones de La Habana y la candidatura de Santos se va al piso. El uribismo estará al acecho.

Por el contrario, si Santos hace respetar la Constitución, llama al orden al Procurador Ordoñez, y respalda la continuidad de Petro en la alcaldía, ello sería un fuerte empujón al proceso de Paz, ya que fortalecería la confianza entre el gobierno y la guerrilla. Sin embargo, ese acto sería interpretado por el uribismo como una traición al establecimiento, como un desacato al órgano de control y sería presentado ante la opinión pública como una entrega del país a la insurgencia. En este caso, Uribe va a ejecutar el complot que ya tiene preparado. Realizarán atentados criminales de sabotaje para culpar a la guerrilla y presionarán a los altos mandos militares para dar un Golpe de Estado. ¡Tienen con qué!... el ministro Pinzón es su principal agente infiltrado y tiene en sus manos las fuerzas militares.

El círculo infernal se está cerrando en torno de Santos. Sus vacilaciones y debilidad ante los chantajes de Uribe no le han permitido jugarse a fondo por la Paz. La prueba de fuego que le ha lanzado Petro y la misma dinámica política del país, lo tienen arrinconado. O sale a defender la Constitución, a hacer valer su propia autoridad y respalda a Petro, o cede ante el chantaje y cae en la trampa tendida por Uribe-Ordoñez. No hay medias tintas.

Por ello es tan importante comprender el momento político. En el centro de la política están las dicotomías “democracia/autoritarismo” y “guerra/Paz”. Incluso el proceso electoral pasa a un segundo plano. Todo se está jugando alrededor de este incidente. El “incidente Petro” concentra en su resolución todas las contradicciones de clase que ha acumulado la sociedad colombiana en los últimos 60 años. La forma y contenido de esa resolución serán determinantes para el próximo futuro de la Nación.

Por ello es fundamental fortalecer la movilización ciudadana y popular. El país ha entrado en una fase de inestabilidad institucional que requiere con urgencia el protagonismo de las masas populares en la calle. Las fuerzas democráticas y de Izquierda deben poner en primer lugar la tarea de construir el “Movimiento por la defensa y ampliación de la democracia, y por la conquista de la Paz” y colocar sus intereses electorales en un segundo plano.

Para hacerlo debemos unificarnos seriamente. A los barrios y sectores populares no podemos llegar con banderas y camisetas de múltiples partidos y con candidatos de todos los colores, para plantearles que está en peligro lo poco que tenemos de democracia. Nos van a decir… ¿Y por qué no empiezan por bajarse de sus intereses políticos que tienen un fuerte olor a politiquería? Es la respuesta natural. 

El país está pendiendo de un hilo. Se necesita grandeza y generosidad. Si vamos a impulsar un verdadero movimiento popular y ciudadano para defender la continuidad de Petro y a la vez, derrotar las fuerzas autoritarias y guerreristas – fortaleciendo la democracia –, tenemos que ir mucho más allá de las estructuras organizativas sociales y políticas existentes. Hay que llegarle a todas las capas sociales, hay que desplegar un trabajo de nuevo tipo.

En cada localidad de Bogotá, en cada ciudad de Colombia, deben surgir Comités amplios, incluyentes, participativos, que se coloquen tareas de propaganda, reuniones en los barrios y sectores populares, que agiten consignas que vayan más allá de la defensa del gobierno de Petro, que relacionen el “incidente” con la defensa de la democracia y la conquista de la Paz, que alerten sobre los intereses y estrategias de los guerreristas y autoritarios.

La “nueva apertura democrática” ya no está en manos de la burguesía. Ahora la tenemos en nuestras manos. La torpeza del uribismo con sus cálculos golpistas, nos ha dado la oportunidad de desplegar las fuerzas populares para concretar viejos anhelos democráticos de nuestro pueblo. ¡No podemos ser inferiores al momento! ¡Es ahora o nunca!
Popayán, diciembre 14 de 2013
 
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jueves, 12 de diciembre de 2013

La destitución del alcalde de Bogotá viola el derecho internacional

Si no se respeta el derecho internacional, la línea que separa a las democracias de las dictaduras puede tornarse borrosa

Gustavo Petro, alcalde Mayor de Bogotá, destituido./elpais.com

El alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, ha sido destituido e inhabilitado para el ejercicio de cualquier cargo público por un periodo de 15 años por decisión del Procurador General de la República de Colombia, que lo declaró “disciplinariamente responsable” por “irregularidades en la prestación del servicio público de aseo”. La decisión del procurador viola la Convención Americana sobre Derechos Humanos, ratificada por Colombia en 1973.
Según el artículo 23 inciso 2 de la Convención, un Estado Parte solamente puede suspender o privar a una persona de sus derechos políticos después de que ésta haya sido sentenciada, como producto de un proceso judicial ajustado a las garantías del debido proceso penal. Específicamente, la Convención establece la “condena, por juez competente, en proceso penal” como garantía contra la suspensión o privación arbitraria de los derechos políticos de las personas, que incluyen los derechos a elegir, a ser elegido y a ejercer cargos públicos de elección popular.
Este estricto estándar fue confirmado en 2011 por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso López Mendoza v. Venezuela, donde la Corte con sede en Costa Rica analizó el caso de un exalcalde opositor que había sido inhabilitado para ejercer cualquier cargo público por 6 años por decisión del Contralor General que había determinado la responsabilidad del funcionario en dos casos de supuesta corrupción. La decisión del contralor venezolano se había producido a través de dos resoluciones administrativas del año 2006 basadas en el artículo 105 de la Ley Orgánica de la Contraloría General de la República y del Sistema Nacional de Control Fiscal (LOCGRSNCF).
De manera similar, en Colombia, el Código Disciplinario Único (CDU) faculta a la Procuraduría General de la Nación a imponer la sanción de “destitución e inhabilidad general” en los casos de “falta disciplinaria” “gravísima dolosa” o con “culpa gravísima”. Luego de 11 meses de investigación disciplinaria contra Petro por presuntas “conductas irregulares relacionadas con la prestación del servicio público de aseo”, el 9 de diciembre de 2013 el procurador resolvió destituir e inhabilitar al alcalde de Bogotá por 15 años. El caso de Petro no es aislado. Desde 2009, el procurador Alejandro Ordóñez ha destituido a 23 integrantes del Congreso colombiano. En el año 2012, impuso sanciones disciplinarias a 152 alcaldes, 177 concejales, 9 gobernadores, 5 senadores, 2 diputados y un representante a la Cámara.
Este tipo de destitución a cargo del procurador contradice los artículos 98 y 122 de la Constitución colombiana según los cuales “el ejercicio de la ciudadanía” sólo puede suspenderse “en virtud de decisión judicial en los casos que determine la ley” y cuando el funcionario “haya sido condenado […] por la comisión de delitos que afecten el patrimonio del Estado”. A pesar de ello, en octubre de 2013, la Corte Constitucional de Colombia determinó la constitucionalidad de este procedimiento y ratificó la sanción del procurador contra la senadora Piedad Córdoba que en 2010 había sido destituida e inhabilitada por 18 años. Dado este antecedente, se espera que cualquier apelación del alcalde fracase (ya sea ante el propio procurador, un juez contencioso administrativo, o la Corte Constitucional).
En Venezuela, como en Colombia, la disposición legal por la que se inhabilitó a López Mendoza contradecía lo establecido en la Constitución de ese país, cuyos artículos 42 y 65 limitaban la “suspensión de los derechos políticos” a los casos en los que exista “sentencia judicial firme”, y contra los “condenados por delitos cometidos en el ejercicio de sus funciones”. Al igual que en Colombia, en 2008 el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela ratificó las resoluciones del contralor inhabilitando a López Mendoza, con lo que se agotaron los recursos internos disponibles y se abrió la posibilidad para que este lleve su caso primero a la Comisión y luego a la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Mientras se ventilaba el caso en Costa Rica, Human Rights Foundation (HRF) presentó ante la Corte un escrito de amicus curiae en el que se analiza la suspensión de derechos políticos tanto bajo el sistema interamericano, como bajo el universal (basado en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos) y el europeo (basado en la Convención Europea de Derechos Humanos), y se pide a la Corte ratificar el estándar del artículo 23 inciso 2 de la Convención. A través de susentencia de 1 de septiembre de 2011, la Corte ordenó a Venezuela “dejar sin efecto las resoluciones” contra el exalcalde, y ordenó al Estado “adecuar el artículo 105” de la ley que autorizaba la acción del contralor. En su voto concurrente sobre la misma sentencia, el juez Eduardo Vio Grossi aclaró que “resulta claro, sencillo y categórico” que los derechos políticos pueden ser suspendidos “exclusivamente” por “condena, por juez competente, en proceso penal”.
En la actualidad, Chile, México y Perú tienen disposiciones legales similares a las de Colombia y Venezuela que autorizan suspender los derechos políticos de las personas a través de decisiones de menor jerarquía que una sentencia judicial. Como anotó el juez Vio Grossi, “el hecho de que en las legislaciones de algunos de los Estados Partes de la Convención se prevea que una instancia no penal pueda imponer la pena de inhabilitación para ser elegido, en modo alguno refleja que se trata de una práctica por la que ‘conste el acuerdo de las partes acerca de la interpretación del tratado’”.
El principal argumento esgrimido por el gobierno venezolano fue que la suspensión del exalcalde era un esfuerzo para “luchar contra la corrupción”, y así cumplir con sus obligaciones bajo la Convención Interamericana contra la Corrupción (algo que el procurador colombiano también suele mencionar en sus decisiones). El juez Vio Grossi aclaró que si bien este tratado “establece la obligación de los Estados Partes de tipificar como delito los actos de corrupción, […] en ninguna parte dispone o contempla que la condena por ese delito pueda ser impuesta por una instancia administrativa, de donde se desprende que, en modo alguno, constituye […] una modificación o interpretación de lo dispuesto en la Convención, sino precisamente todo lo contrario”.
Cuando fue inhabilitado, las encuestas colocaban al joven Leopoldo López Mendoza como favorito para ganar la Alcaldía Mayor de Caracas frente al candidato del entonces presidente Hugo Chávez, quien en vida construyó un gobierno autoritario caracterizado por manipular elecciones y utilizar el aparato estatal para hostigar la oposición y a la prensa independiente. Coherente con la manera en que gobierna, Venezuela no solamente desobedeció la sentencia de la Corte, sino que en 2012 denunció la Convención Americana sobre Derechos Humanos y hoy ya no pertenece al sistema interamericano de protección de los derechos humanos.
En Colombia, el alcalde Petro fue electo el año 2011, asumió funciones el 2012, y ha venido gobernando de manera democrática, a pesar de su pasado violento (del cual dice no tener remordimientos) como miembro del grupo terrorista M19, que el año 1985 asaltó el Palacio de Justicia de Colombia, tomó rehenes a los magistrados de la Corte Suprema, y ejecutó a 12 de ellos ante el contraataque del ejército colombiano que se había negado a negociar.
El derecho internacional establece que ni Petro, ni López Mendoza, ni ningún otro funcionario electo democráticamente en el continente americano puede ser destituido o inhabilitado con una mera decisión del contralor sino a través de una condena judicial por delito cometido en el ejercicio de sus funciones.
Estados democráticos como el colombiano deben asegurarse de que la lucha contra la corrupción o la incompetencia administrativa se realice respetando el derecho internacional de los derechos humanos, pues de lo contrario la importantísima línea que separa a las democracias de las dictaduras puede irse tornando demasiado borrosa. Colombia debe ponerse a derecho y restituir al alcalde de Bogotá.
Javier El-Hage es director jurídico y Alejandro Gutiérrez abogado asociado de Human Rights Foundation, una organización internacional de derechos humanos con sede en Nueva YorK

martes, 10 de diciembre de 2013

Este es el discurso completo de Gustavo Petro en la Plaza de Bolívar

El mandatario de los bogotanos invitó a quienes quieran apoyarlo en rechazo a su destitución a congregarse este martes a las 4 p.m. en la Plaza de Bolívar

Gustavo Petro en su discurso invitando a la Indignación por el deafuero del procurador Ordoñez/elespectador.com

No va a ser fácil este discurso, espero que estas palabras que quiero decirles a ustedes salgan fácilmente, sé que aquí están los pobres de la tierra, como decía el poeta, las trabajadoras, los trabajadores, la mujer, las juventudes, los discriminados, sé que aquí me acompaña por quienes quisimos gobernar, por quienes nos hemos arriesgado, por lo que lo vale todo, por lo que puede cambiar la historia, quiero que ustedes sean conscientes, cada uno de ustedes, cada una de ustedes que empezamos a vivir días de historia. Esto no es una manifestación más, no es que pasarán unas horas que nos verán ir, que dirán, ya salieron a gritar a la Plaza de Bolívar, pero se cansarán, dirán que sus cálculos politiqueros podrán vencer de nuevo como siempre lo han hecho en la historia de Colombia, el ansia de la paz, de la democracia de la libertad de nuestro pueblo, yo no soy quién en realidad, quizás por los avatares de la historia misma, un muchacho humilde que decidió leer libros y libros y en los libros encontrar palabras de rebeldía y levantarme contra lo que consideraba injusto.
Cuando era joven, lanzaron dos mensajes de violencia que atravesaron mi memoria, mi corazón, un 11 de septiembre el golpe de Estado contra Allende, 1973, y un 19 de abril de 1970 un fraude electoral contra el voto popular en Colombia. Desde ese entonces en los libros iba leyendo lo que era la oligarquía colombiana, una oligarquía sectaria, atrasada, feudal, dogmática pero asesina, en su corazón no ha sido posible hablar el lenguaje de la paz, el lenguaje del entendimiento, creen que con la trampa, creen que con el engaño, creen que con el juego sucio pueden manipular la historia de Colombia. Fui aprendiendo que este tipo de élites que gobiernan este país eran capaces de matar por su codicia, que no habían entendido lo que significaba la palabra democracia, que antaño unos jóvenes rebeldes, Nariño, Santander, Caldas, Camilo Torres, Bolívar, nos habían enseñado. Al principio fue en los libros, leí la historia de Gaitán que fue alcalde de Bogotá, que destituyeron y luego asesinaron, traté de entender lo que había detrás de eso, dieron la orden oscuros en los palacios jugando al póker, dieron la orden de disparar con los tanques de guerra sobre ese palacio y asesinar a todos los que estaban dentro, dieron la orden de asesinar al candidato presidencial Luis Carlos Calán, dieron la orden de asesinar al candidato presidencial Bernardo Jaramillo, y dieron la orden de asesinar a nuestro comandante candidato presidencial Carlos Pizarro.
No habían pasado, 4 meses de la firma de nuestro acuerdo de paz y asesinaron al hombre joven que podía ganar la presidencia de la República, al comandante, al jefe de la paz, a Pizarro, desataron el genocidio 140 palacios de justicia en toda Colombia, descuartizando y masacrando campesinos, 200 mil en los últimos 10 años y aun así, aun así Aída (Abella), a ti que te dispararon un rokect, porque te querían despedazar en la autopista norte, querían acallarte, acallar a tu partido, acallar a tu movimiento, mataron miles y miles de miembros de la Unión Patriótica, no podían resistir la diferencia, y aun así yo soy el alcalde Mayor de Bogotá, y como jefe constitucional de la Policía Nacional les ordeno dejar pasar a la gente que quiera...
Esta historia, esta historia es indispensable contarla porque aquí también nos acompaña el hombre que recogió los restos asesinados de Pizarro, que nos dijo en un momento muy difícil recuerdo yo, jovencito que era, como muchos de nosotros, tuvo la tranquilidad suficiente para decirle a Colombia, a pesar de que el fascismo, narcotraficante y su poder político nos asesinan a Pizarro, en nosotros está la generación de la Paz, está la posibilidad de la paz.
Este pueblo inmenso colombiano no quiere la guerra, no quiere la violencia, está cansado de enterrar mártires, héroes, gente humilde, no quiere más escuchar a los que nos convocan, para que nuestros hijos se unten de sangre, este pueblo se merece el futuro, eso nos decía el hombre que aquí nos acompaña: Navarro Wolf.
No sabían, pasaron por el pelotón de fusilamiento como decía Gabriel García Márquez y sin embargo de alguna manera mágica, como mágica es América Latina, surgió entre las piedras la victoria electoral que nos hizo mayoría en la Asamblea Nacional Constituyente, del cual fue presidente (Navarro), pasaron unos meses apenas de que brindaban en los cócteles por la muerte de Pizarro, y sin embargo tuvieron que aguantarse el que nosotros, la generación de la paz, hiciera la Constitución que aún hoy está vigente.
¿Cuál es entonces nuestro camino hoy? Cuando el fascismo quiere volver a despedazarnos, ¿hay alguna diferencia, Aída, pregunto yo, entre quienes dieron las órdenes para fusilar a miles y miles de militantes democráticos y quienes dan la orden hoy para quitarnos los derechos políticos?
¿Qué le puede decir el procurador hoy al mundo?, ¿Que porque oró frente a la Virgen María, a la cual yo respeto, le consagró el que le hubiera podido quitar los derechos políticos a lo que él denomina un comunista ateo? O al contrario tiene que decirle al mundo que él continuó con la tarea, hoy a través y manipulando la norma, y rompiendo la Constitución, y rompiendo el Estado de Derecho, y rompiendo la Carta Democrática de la OEA y el Pacto de Derechos Civiles y Democráticos, que le ha quitado los derechos políticos, los derechos fundamentales a ejercer, a votar y a ser elegido a quién denunció el paramilitarismo, a quien denunció el cartel de la contratación por medio del cual, unos cuantos empresarios corruptos, empresarios del poder y de la muerte, habían decidido quedarse con los dineros públicos de todos los bogotanos.
El procurador tiene que decirle al mundo que él es el continuador en una de sus formas de lucha, de la misma lucha de quienes levantaron las sierras eléctricas, de quienes quisieron extinguir la diferencia en Colombia, la diversidad y la democracia, por eso, haciendo una reflexión, ¿cuál es nuestra actitud hoy? Pues recuerdo Antonio (Navarro) sus palabras ante Pizarro muerto en su tumba: Nosotros somos la generación de la paz, no nos vamos a dejar arrebatar de nuevo la esperanza de la paz y la democracia, no vamos a caer en sus trampas, nos quieren llevar a la violencia y no señores, los violentos son ellos, los tristes son ellos, nosotros somos la alegría, nosotros somos la paz y la democracia. Alegres pero firmes, por eso debemos ser conscientes de lo que empieza hoy en la Plaza de Bolívar de Bogotá. Aquí empieza una movilización popular, este es el primer día de muchos, hoy nos vemos muchos, pues seremos más.
Creyeron que calculando la decisión arbitraria, cercana la Navidad, el pueblo no iba a salir a las calles.
Cómo será, cómo será la conciencia de la arbitrariedad que han cometido, que temerosos del pueblo, temerosos de la democracia una vez hicieron su rueda de prensa anunciando la ingrata noticia, desocuparon y evacuaron la Procuraduría General de la Nación, la hicieron rodear de fusiles y tanques. Miren qué diferencia, miren qué diferencia, mientras allá está el vacío lúgubre de los pasillos de la Procuraduría, mientras sólo se pueden defender a punta de fusiles, aquí estamos nosotros, aquí estamos nosotros sin una sola arma rodeados de los del pueblo. La diferencia es que allá son conscientes de lo que hicieron, allá para que Uribe pudiera subrayar su amistad con con Pacho Santos, entonces armaron la trapisonda, destituyamos a Petro que nada pasa, y ponemos a Pacho Santos en la Alcaldía... ¡ay Uribe, como si se pudiera borrar al pueblo!
Aquí comienza un movimiento popular. Esta Plaza de Bolívar tiene que ser el comienzo de muchas Plazas de Bolívar en todos los pueblos de Colombia.
Con mucha tranquilidad, con mucha alegría, pacíficamente, el Alcalde Mayor de Bogotá convoca a toda la ciudadanía de Colombia a expresarse en las plazas de Bolívar para convertirlas en la prosa de la democracia, en las prosas de la Paz.
Quiero, que los indígenas salgan con sus cabildos, quiero que el movimiento agrario salga a abrazar a la Bogotá Humana, quiero que los trabajadores y las trabajadoras de Colombia organizados o no, constituyan los comités de defensa de la Bogotá Humana que son los mismos comités de defensa de la paz y la democracia, quiero que las juventudes animalistas, las que saben qué significa matar entre aplausos y alegrías un toro, quiero que las juventudes ambientalistas que saben que es más importante un árbol que un bolardo, que es más importante un humedal que una losa de cemento, quiero que todas las juventudes de Colombia, que saben que es más importante el cerebro que el cemento, el libro que el tanque de guerra, se reúnan en las plazas de Colombia y produzcamos el movimiento que sea capaz de detener a los enemigos de la Paz.
Lo que tenemos que detener es un fascismo, no es este el único caso en el mundo, muchos fascismos se han detenido en el mundo bajo la consigna de no pasarán, le tocó a Bogotá ser el inicio de este movimiento de los indignados de Colombia, le tocó a Bogotá ser la vanguardia de quienes decimos basta a la trampa, de quienes decimos basta al asesinato, de quienes decimos que aquí en Colombia debe reinar la paz y la democracia el entendimiento y el diálogo, que el Presidente de la República lo sepa, él es el que tiene que decidir en última instancia, él es el que tiene que decidir si avala la decisión del Procurador o es capaz, ante la ruptura de la Constitución, de impedir su orden arbitraria, ahora sabremos si el Presidente de la República está con la paz o simplemente con su reelección.
Que América Latina, el pueblo latinoamericano que es diversidad, ha sido capaz de decirle al mundo su dignidad, su soberanía que hoy Bogotá se levanta indignada esperando la solidaridad latinoamericana, y como somos un movimiento internacional de solidaridad con la Bogotá Humana para que aquí el fascismo se detenga.
Quieren acabar con la Bogotá humana porque quieren acabar con la democracia en América Latina. Que lo sepan en La Habana. Que lo sepan en La Habana, el mensaje, el mensaje que quiere dar el Procurador no es solamente la repetición vieja del discurso dogmático y sectario que elimina la diferencia, es también una trampa que quieren eliminando Bogotá Humana, es lanzar un mensaje de guerra sobre La Habana y aquí queremos decirlo con mucha claridad, los hombres que aquí estamos, que nos levantamos en armas, que no nos dejamos arrodillar ante la tortura y nos condujeron a la cárcel, Antonio que también como Aída, que nunca conoció un arma, pero Antonio qué le quitaron la pierna, su voz en uno de los tantos atentados, nosotros que nos levantamos en armas pero que firmamos la paz tres años antes que Nelson Mandela, parte del gobierno, las Farc en La Habana, que no retrocedan ante la paz, que lo que quieren hacer aquí es una trampa para impedir la paz de Colombia, qué quieren dejándonos a nosotros, los que formamos la paz, los que le cumplimos a Colombia con nuestra firma, los que dijimos que la palabra vale, que palabra que sí, los que hicimos la Constitución, y los que gobernamos estos dos años sin robarnos un peso, con la frente en alto, los que con el corazón decidimos política pública tras política pública sólo con el afán de favorecer a los humildes, de favorecer a los excluidos, de favorecer a los discriminados, nosotros les decimos a los guerrilleros de las Farc: ni se les ocurra bajar la bandera de la paz, la paz es la democracia, la paz es la justicia social y aquí estamos construyendo esta Bogotá, hoy vanguardia democrática de Colombia, cada uno de nosotros, cada una de nosotras, presente uno junto al otro, una junta a la otra, somos la cadena de afectos qué puede lograr verdaderamente la transformación de Colombia y la paz.
Yo voy hasta donde ustedes me digan, si vamos a ir a donde queremos, hacia la paz y la democracia, tenemos que saber lo que tenemos que hacer en estos días, esta es la Plaza Tahir de Colombia, aquí debe comenzar una revolución democrática y pacífica, una revolución de los corazones y de los cerebros, hemos convocado a América Latina y creemos que América Latina nos va a responder, creemos, a pesar de la opinión del fascismo, que la Bogotá Humana se va a quedar en este Palacio y en los barrios de Bogotá, pero quiero que me acompañen para enseñarle a Colombia, quiero que nos hagamos aquí un compromiso, no solamente nos vamos a ver hoy en una manifestación más en la Plaza de Bolívar, aquí ha de quedar un equipo, voluntarios y voluntarias haciendo vela democrática en la Plaza, aquí mañana tenemos que volver y pasado mañana, y después de pasado mañana, aquí cada vez más y más pueblo y multitud, aquí vamos a saber defender la dignidad de Colombia, aquí el alcalde se queda si ustedes se quedan.
Aquí se prenderá la antorcha simbólica de la democracia y esperaremos que las novenas navideñas en toda Colombia se den en las plazas alrededor de la antorcha democrática. Esperaremos aquí la decisión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, esperaremos aquí la decisión de la Corte Constitucional, veremos si es cierto que es un ilícito en Colombia desprivatizar un servicio público, veremos si es cierto que el alcalde de Bogotá actuó irregularmente porque le quitó 500 mil millones de pesos que cuatro contratistas le robaban a los usuarios del aseo de Bogotá, veremos si es cierto que es pecado en Colombia el reciclaje y la separación en la fuente, veremos si es cierto que es una ruptura del orden constitucional remunerando a los humildes recicladores en vez de arrodillarse al poderoso contratista del aseo, veremos si es cierto que la alcaldesa de la derecha no cometió ninguna irregularidad cuando dejó once días a Madrid, España, con las basuras en la calle, pero si es irregularidad que el alcalde de la izquierda de Bogotá le haya resuelto a la ciudad en tres días el sistema del aseo de los operadores.
Quiero que seamos conscientes del compromiso que estamos asumiendo, Petro no saldrá jamás a una convocatoria a la violencia, pero no esperen que permitamos que el voto popular y la democracia se arrodillen, no, yo creí en las buenas maneras, yo creí en los discursos, yo hasta por convicción propia voté por el Procurador para demostrar que la diferencia es posible en el Estado, pero no podemos ser ingenuos, ellos no nos tratan de la misma manera, ellos negocian con la democracia, ellos manipulan la Constitución.
Quiero que seamos conscientes de la decisión que vamos a tomar, la decisión es convertir esta plaza en el gran ágora de la democracia en Colombia, cada una de ustedes, cada uno de ustedes, ahora dejaremos los voluntarios que quieran velar la democracia, pero cuando regresen a sus casas a sus barrios a sus lugares de trabajo organicen la rabia y la indignación, no dejen que se vaya a la violencia, díganles que vengan a la Plaza, que el Alcalde estará aquí para acompañarlos, que cada vez seamos más, que la población de Ciudad Bolívar, de Kennedy, de Engativá, de Suba, de Tunjuelito, que los niños y las niñas, los artistas, las artistas, las mujeres, los trabajadores, los necesitamos aquí, que este es el momento de cambiar la historia de Colombia, que aquí hay gente dispuesta a asumir el compromiso, que lo que nos emociona aquí no es un puesto, no es un salario, el salario se lo podemos regalar al Procurador.
No nos obnubilan las riquezas ni los palacios, lo que queremos defender aquí es la dignidad, lo que queremos defender aquí es el respeto que se merece el voto popular del 30 de octubre, lo que queremos defender aquí es el derecho a gobernar por parte de quienes son diferentes a la tradición política de Colombia, lo que queremos defender aquí es la Paz, así mismo yo no pertenezco a ningún partido político, he querido que Aída me acompañe, Navarro y mi familia porque quiero que sean testigos de que ésta persona que hoy es el Alcalde, pudo no serlo, está dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias que ustedes me digan, siempre por la paz y la democracia, vamos a comenzar el movimiento de los indignados de Colombia, que lo sepan en toda Colombia, nuestra historia comienza también por su propio pueblo definitivamente aquí y desde aquí, que la Bogotá Humana sea la excusa para construir una Colombia humana, democrática y pacífica.
Los espero mañana con más y más gente, los espero mañana con más fuerza, aquí nos mantendremos en la sede de Nariño y en la sede de Gaitán, aquí nos mantendremos si ustedes nos acompañan, aquí discutiremos si podemos de verdad construir nuestro inmediato futuro, nuestros hijos e hijas se merecen ese esfuerzo que hagamos, no por un puesto, por un país, por una patria, porque no vuelva a suceder lo de la Unión Patriótica, para que no vuelva a suceder lo de Pizarro, porque no nos vuelvan a conducir a las guerras infinitas civiles de Colombia, porque tenemos el derecho a la paz y ese derecho lo ejerceremos. Fascistas, oscuros fascistas no pasarán. Espero al comité que se quede en la Plaza de Bolívar, pueden quedarse todo el tiempo, los espero mañana a las cuatro de la tarde en la Plaza de Bolívar, la plaza de los indignados de Bogotá.