sábado, 14 de diciembre de 2013

Se fragua golpe de Estado contra Santos

El trasfondo del incidente Petro


Petro se queda./kaosenlared.net

Gustavo Petro lanzó una prueba de fuego a Santos. En un contundente discurso ante más de 100 mil personas reunidas en la Plaza de Bolívar de Bogotá y en las calles aledañas, Petro demostró cómo el Procurador no tiene la potestad para destituirlo sino que además – al atribuirse esa función –, está desconociendo la autoridad del Presidente de la República, quien según la Constitución Política de Colombia, la Convención Interamericana de DD.HH. y la Ley Estatutaria de Bogotá, es el único que podría removerlo de su cargo siempre y cuando exista un fallo condenatorio de un juez penal.

Es más, el burgomaestre de Bogotá dejó claramente planteado que el presidente Santos ya debía haberse pronunciado sobre esa arbitrariedad. Es decir, que el presidente ha permitido el irrespeto de su investidura y por tanto, es cómplice de la violación de la Constitución. Además, Petro le notifica al presidente que así como los enemigos de la Paz lo quieren destituir a él, pronto irán por Santos. Es un fuerte y alarmante llamado de atención.

La democracia de calle y participativa que el alcalde Petro está construyendo con el pueblo bogotano y colombiano, ha puesto contra la pared a Juan Manuel Santos, quien representa la democracia agonizante que ha utilizado la oligarquía neo-granadina para eternizarse en el poder. Petro ha demostrado cómo la sentencia del Procurador que lo pretende destituir, es una jugada a tres bandas que han lanzado los enemigos del proceso de Paz para minar la precaria confianza que se está construyendo en La Habana y para provocar una situación que puede desencadenar un Golpe de Estado militar a nivel nacional. 

La secuencia de la situación es la siguiente: Si se concreta la destitución de Petro, ya sea porque el presidente Santos se haga el de la vista gorda o porque termine respaldando plenamente al Procurador, ello destrozaría el proceso de Paz. Significa de hecho borrar de un plumazo lo que el gobierno acaba de pactar con las FARC sobre garantías para su participación política. Si cae Petro, se van a pique las conversaciones de La Habana y la candidatura de Santos se va al piso. El uribismo estará al acecho.

Por el contrario, si Santos hace respetar la Constitución, llama al orden al Procurador Ordoñez, y respalda la continuidad de Petro en la alcaldía, ello sería un fuerte empujón al proceso de Paz, ya que fortalecería la confianza entre el gobierno y la guerrilla. Sin embargo, ese acto sería interpretado por el uribismo como una traición al establecimiento, como un desacato al órgano de control y sería presentado ante la opinión pública como una entrega del país a la insurgencia. En este caso, Uribe va a ejecutar el complot que ya tiene preparado. Realizarán atentados criminales de sabotaje para culpar a la guerrilla y presionarán a los altos mandos militares para dar un Golpe de Estado. ¡Tienen con qué!... el ministro Pinzón es su principal agente infiltrado y tiene en sus manos las fuerzas militares.

El círculo infernal se está cerrando en torno de Santos. Sus vacilaciones y debilidad ante los chantajes de Uribe no le han permitido jugarse a fondo por la Paz. La prueba de fuego que le ha lanzado Petro y la misma dinámica política del país, lo tienen arrinconado. O sale a defender la Constitución, a hacer valer su propia autoridad y respalda a Petro, o cede ante el chantaje y cae en la trampa tendida por Uribe-Ordoñez. No hay medias tintas.

Por ello es tan importante comprender el momento político. En el centro de la política están las dicotomías “democracia/autoritarismo” y “guerra/Paz”. Incluso el proceso electoral pasa a un segundo plano. Todo se está jugando alrededor de este incidente. El “incidente Petro” concentra en su resolución todas las contradicciones de clase que ha acumulado la sociedad colombiana en los últimos 60 años. La forma y contenido de esa resolución serán determinantes para el próximo futuro de la Nación.

Por ello es fundamental fortalecer la movilización ciudadana y popular. El país ha entrado en una fase de inestabilidad institucional que requiere con urgencia el protagonismo de las masas populares en la calle. Las fuerzas democráticas y de Izquierda deben poner en primer lugar la tarea de construir el “Movimiento por la defensa y ampliación de la democracia, y por la conquista de la Paz” y colocar sus intereses electorales en un segundo plano.

Para hacerlo debemos unificarnos seriamente. A los barrios y sectores populares no podemos llegar con banderas y camisetas de múltiples partidos y con candidatos de todos los colores, para plantearles que está en peligro lo poco que tenemos de democracia. Nos van a decir… ¿Y por qué no empiezan por bajarse de sus intereses políticos que tienen un fuerte olor a politiquería? Es la respuesta natural. 

El país está pendiendo de un hilo. Se necesita grandeza y generosidad. Si vamos a impulsar un verdadero movimiento popular y ciudadano para defender la continuidad de Petro y a la vez, derrotar las fuerzas autoritarias y guerreristas – fortaleciendo la democracia –, tenemos que ir mucho más allá de las estructuras organizativas sociales y políticas existentes. Hay que llegarle a todas las capas sociales, hay que desplegar un trabajo de nuevo tipo.

En cada localidad de Bogotá, en cada ciudad de Colombia, deben surgir Comités amplios, incluyentes, participativos, que se coloquen tareas de propaganda, reuniones en los barrios y sectores populares, que agiten consignas que vayan más allá de la defensa del gobierno de Petro, que relacionen el “incidente” con la defensa de la democracia y la conquista de la Paz, que alerten sobre los intereses y estrategias de los guerreristas y autoritarios.

La “nueva apertura democrática” ya no está en manos de la burguesía. Ahora la tenemos en nuestras manos. La torpeza del uribismo con sus cálculos golpistas, nos ha dado la oportunidad de desplegar las fuerzas populares para concretar viejos anhelos democráticos de nuestro pueblo. ¡No podemos ser inferiores al momento! ¡Es ahora o nunca!
Popayán, diciembre 14 de 2013
 
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jueves, 12 de diciembre de 2013

La destitución del alcalde de Bogotá viola el derecho internacional

Si no se respeta el derecho internacional, la línea que separa a las democracias de las dictaduras puede tornarse borrosa

Gustavo Petro, alcalde Mayor de Bogotá, destituido./elpais.com

El alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, ha sido destituido e inhabilitado para el ejercicio de cualquier cargo público por un periodo de 15 años por decisión del Procurador General de la República de Colombia, que lo declaró “disciplinariamente responsable” por “irregularidades en la prestación del servicio público de aseo”. La decisión del procurador viola la Convención Americana sobre Derechos Humanos, ratificada por Colombia en 1973.
Según el artículo 23 inciso 2 de la Convención, un Estado Parte solamente puede suspender o privar a una persona de sus derechos políticos después de que ésta haya sido sentenciada, como producto de un proceso judicial ajustado a las garantías del debido proceso penal. Específicamente, la Convención establece la “condena, por juez competente, en proceso penal” como garantía contra la suspensión o privación arbitraria de los derechos políticos de las personas, que incluyen los derechos a elegir, a ser elegido y a ejercer cargos públicos de elección popular.
Este estricto estándar fue confirmado en 2011 por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso López Mendoza v. Venezuela, donde la Corte con sede en Costa Rica analizó el caso de un exalcalde opositor que había sido inhabilitado para ejercer cualquier cargo público por 6 años por decisión del Contralor General que había determinado la responsabilidad del funcionario en dos casos de supuesta corrupción. La decisión del contralor venezolano se había producido a través de dos resoluciones administrativas del año 2006 basadas en el artículo 105 de la Ley Orgánica de la Contraloría General de la República y del Sistema Nacional de Control Fiscal (LOCGRSNCF).
De manera similar, en Colombia, el Código Disciplinario Único (CDU) faculta a la Procuraduría General de la Nación a imponer la sanción de “destitución e inhabilidad general” en los casos de “falta disciplinaria” “gravísima dolosa” o con “culpa gravísima”. Luego de 11 meses de investigación disciplinaria contra Petro por presuntas “conductas irregulares relacionadas con la prestación del servicio público de aseo”, el 9 de diciembre de 2013 el procurador resolvió destituir e inhabilitar al alcalde de Bogotá por 15 años. El caso de Petro no es aislado. Desde 2009, el procurador Alejandro Ordóñez ha destituido a 23 integrantes del Congreso colombiano. En el año 2012, impuso sanciones disciplinarias a 152 alcaldes, 177 concejales, 9 gobernadores, 5 senadores, 2 diputados y un representante a la Cámara.
Este tipo de destitución a cargo del procurador contradice los artículos 98 y 122 de la Constitución colombiana según los cuales “el ejercicio de la ciudadanía” sólo puede suspenderse “en virtud de decisión judicial en los casos que determine la ley” y cuando el funcionario “haya sido condenado […] por la comisión de delitos que afecten el patrimonio del Estado”. A pesar de ello, en octubre de 2013, la Corte Constitucional de Colombia determinó la constitucionalidad de este procedimiento y ratificó la sanción del procurador contra la senadora Piedad Córdoba que en 2010 había sido destituida e inhabilitada por 18 años. Dado este antecedente, se espera que cualquier apelación del alcalde fracase (ya sea ante el propio procurador, un juez contencioso administrativo, o la Corte Constitucional).
En Venezuela, como en Colombia, la disposición legal por la que se inhabilitó a López Mendoza contradecía lo establecido en la Constitución de ese país, cuyos artículos 42 y 65 limitaban la “suspensión de los derechos políticos” a los casos en los que exista “sentencia judicial firme”, y contra los “condenados por delitos cometidos en el ejercicio de sus funciones”. Al igual que en Colombia, en 2008 el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela ratificó las resoluciones del contralor inhabilitando a López Mendoza, con lo que se agotaron los recursos internos disponibles y se abrió la posibilidad para que este lleve su caso primero a la Comisión y luego a la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Mientras se ventilaba el caso en Costa Rica, Human Rights Foundation (HRF) presentó ante la Corte un escrito de amicus curiae en el que se analiza la suspensión de derechos políticos tanto bajo el sistema interamericano, como bajo el universal (basado en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos) y el europeo (basado en la Convención Europea de Derechos Humanos), y se pide a la Corte ratificar el estándar del artículo 23 inciso 2 de la Convención. A través de susentencia de 1 de septiembre de 2011, la Corte ordenó a Venezuela “dejar sin efecto las resoluciones” contra el exalcalde, y ordenó al Estado “adecuar el artículo 105” de la ley que autorizaba la acción del contralor. En su voto concurrente sobre la misma sentencia, el juez Eduardo Vio Grossi aclaró que “resulta claro, sencillo y categórico” que los derechos políticos pueden ser suspendidos “exclusivamente” por “condena, por juez competente, en proceso penal”.
En la actualidad, Chile, México y Perú tienen disposiciones legales similares a las de Colombia y Venezuela que autorizan suspender los derechos políticos de las personas a través de decisiones de menor jerarquía que una sentencia judicial. Como anotó el juez Vio Grossi, “el hecho de que en las legislaciones de algunos de los Estados Partes de la Convención se prevea que una instancia no penal pueda imponer la pena de inhabilitación para ser elegido, en modo alguno refleja que se trata de una práctica por la que ‘conste el acuerdo de las partes acerca de la interpretación del tratado’”.
El principal argumento esgrimido por el gobierno venezolano fue que la suspensión del exalcalde era un esfuerzo para “luchar contra la corrupción”, y así cumplir con sus obligaciones bajo la Convención Interamericana contra la Corrupción (algo que el procurador colombiano también suele mencionar en sus decisiones). El juez Vio Grossi aclaró que si bien este tratado “establece la obligación de los Estados Partes de tipificar como delito los actos de corrupción, […] en ninguna parte dispone o contempla que la condena por ese delito pueda ser impuesta por una instancia administrativa, de donde se desprende que, en modo alguno, constituye […] una modificación o interpretación de lo dispuesto en la Convención, sino precisamente todo lo contrario”.
Cuando fue inhabilitado, las encuestas colocaban al joven Leopoldo López Mendoza como favorito para ganar la Alcaldía Mayor de Caracas frente al candidato del entonces presidente Hugo Chávez, quien en vida construyó un gobierno autoritario caracterizado por manipular elecciones y utilizar el aparato estatal para hostigar la oposición y a la prensa independiente. Coherente con la manera en que gobierna, Venezuela no solamente desobedeció la sentencia de la Corte, sino que en 2012 denunció la Convención Americana sobre Derechos Humanos y hoy ya no pertenece al sistema interamericano de protección de los derechos humanos.
En Colombia, el alcalde Petro fue electo el año 2011, asumió funciones el 2012, y ha venido gobernando de manera democrática, a pesar de su pasado violento (del cual dice no tener remordimientos) como miembro del grupo terrorista M19, que el año 1985 asaltó el Palacio de Justicia de Colombia, tomó rehenes a los magistrados de la Corte Suprema, y ejecutó a 12 de ellos ante el contraataque del ejército colombiano que se había negado a negociar.
El derecho internacional establece que ni Petro, ni López Mendoza, ni ningún otro funcionario electo democráticamente en el continente americano puede ser destituido o inhabilitado con una mera decisión del contralor sino a través de una condena judicial por delito cometido en el ejercicio de sus funciones.
Estados democráticos como el colombiano deben asegurarse de que la lucha contra la corrupción o la incompetencia administrativa se realice respetando el derecho internacional de los derechos humanos, pues de lo contrario la importantísima línea que separa a las democracias de las dictaduras puede irse tornando demasiado borrosa. Colombia debe ponerse a derecho y restituir al alcalde de Bogotá.
Javier El-Hage es director jurídico y Alejandro Gutiérrez abogado asociado de Human Rights Foundation, una organización internacional de derechos humanos con sede en Nueva YorK

martes, 10 de diciembre de 2013

Este es el discurso completo de Gustavo Petro en la Plaza de Bolívar

El mandatario de los bogotanos invitó a quienes quieran apoyarlo en rechazo a su destitución a congregarse este martes a las 4 p.m. en la Plaza de Bolívar

Gustavo Petro en su discurso invitando a la Indignación por el deafuero del procurador Ordoñez/elespectador.com

No va a ser fácil este discurso, espero que estas palabras que quiero decirles a ustedes salgan fácilmente, sé que aquí están los pobres de la tierra, como decía el poeta, las trabajadoras, los trabajadores, la mujer, las juventudes, los discriminados, sé que aquí me acompaña por quienes quisimos gobernar, por quienes nos hemos arriesgado, por lo que lo vale todo, por lo que puede cambiar la historia, quiero que ustedes sean conscientes, cada uno de ustedes, cada una de ustedes que empezamos a vivir días de historia. Esto no es una manifestación más, no es que pasarán unas horas que nos verán ir, que dirán, ya salieron a gritar a la Plaza de Bolívar, pero se cansarán, dirán que sus cálculos politiqueros podrán vencer de nuevo como siempre lo han hecho en la historia de Colombia, el ansia de la paz, de la democracia de la libertad de nuestro pueblo, yo no soy quién en realidad, quizás por los avatares de la historia misma, un muchacho humilde que decidió leer libros y libros y en los libros encontrar palabras de rebeldía y levantarme contra lo que consideraba injusto.
Cuando era joven, lanzaron dos mensajes de violencia que atravesaron mi memoria, mi corazón, un 11 de septiembre el golpe de Estado contra Allende, 1973, y un 19 de abril de 1970 un fraude electoral contra el voto popular en Colombia. Desde ese entonces en los libros iba leyendo lo que era la oligarquía colombiana, una oligarquía sectaria, atrasada, feudal, dogmática pero asesina, en su corazón no ha sido posible hablar el lenguaje de la paz, el lenguaje del entendimiento, creen que con la trampa, creen que con el engaño, creen que con el juego sucio pueden manipular la historia de Colombia. Fui aprendiendo que este tipo de élites que gobiernan este país eran capaces de matar por su codicia, que no habían entendido lo que significaba la palabra democracia, que antaño unos jóvenes rebeldes, Nariño, Santander, Caldas, Camilo Torres, Bolívar, nos habían enseñado. Al principio fue en los libros, leí la historia de Gaitán que fue alcalde de Bogotá, que destituyeron y luego asesinaron, traté de entender lo que había detrás de eso, dieron la orden oscuros en los palacios jugando al póker, dieron la orden de disparar con los tanques de guerra sobre ese palacio y asesinar a todos los que estaban dentro, dieron la orden de asesinar al candidato presidencial Luis Carlos Calán, dieron la orden de asesinar al candidato presidencial Bernardo Jaramillo, y dieron la orden de asesinar a nuestro comandante candidato presidencial Carlos Pizarro.
No habían pasado, 4 meses de la firma de nuestro acuerdo de paz y asesinaron al hombre joven que podía ganar la presidencia de la República, al comandante, al jefe de la paz, a Pizarro, desataron el genocidio 140 palacios de justicia en toda Colombia, descuartizando y masacrando campesinos, 200 mil en los últimos 10 años y aun así, aun así Aída (Abella), a ti que te dispararon un rokect, porque te querían despedazar en la autopista norte, querían acallarte, acallar a tu partido, acallar a tu movimiento, mataron miles y miles de miembros de la Unión Patriótica, no podían resistir la diferencia, y aun así yo soy el alcalde Mayor de Bogotá, y como jefe constitucional de la Policía Nacional les ordeno dejar pasar a la gente que quiera...
Esta historia, esta historia es indispensable contarla porque aquí también nos acompaña el hombre que recogió los restos asesinados de Pizarro, que nos dijo en un momento muy difícil recuerdo yo, jovencito que era, como muchos de nosotros, tuvo la tranquilidad suficiente para decirle a Colombia, a pesar de que el fascismo, narcotraficante y su poder político nos asesinan a Pizarro, en nosotros está la generación de la Paz, está la posibilidad de la paz.
Este pueblo inmenso colombiano no quiere la guerra, no quiere la violencia, está cansado de enterrar mártires, héroes, gente humilde, no quiere más escuchar a los que nos convocan, para que nuestros hijos se unten de sangre, este pueblo se merece el futuro, eso nos decía el hombre que aquí nos acompaña: Navarro Wolf.
No sabían, pasaron por el pelotón de fusilamiento como decía Gabriel García Márquez y sin embargo de alguna manera mágica, como mágica es América Latina, surgió entre las piedras la victoria electoral que nos hizo mayoría en la Asamblea Nacional Constituyente, del cual fue presidente (Navarro), pasaron unos meses apenas de que brindaban en los cócteles por la muerte de Pizarro, y sin embargo tuvieron que aguantarse el que nosotros, la generación de la paz, hiciera la Constitución que aún hoy está vigente.
¿Cuál es entonces nuestro camino hoy? Cuando el fascismo quiere volver a despedazarnos, ¿hay alguna diferencia, Aída, pregunto yo, entre quienes dieron las órdenes para fusilar a miles y miles de militantes democráticos y quienes dan la orden hoy para quitarnos los derechos políticos?
¿Qué le puede decir el procurador hoy al mundo?, ¿Que porque oró frente a la Virgen María, a la cual yo respeto, le consagró el que le hubiera podido quitar los derechos políticos a lo que él denomina un comunista ateo? O al contrario tiene que decirle al mundo que él continuó con la tarea, hoy a través y manipulando la norma, y rompiendo la Constitución, y rompiendo el Estado de Derecho, y rompiendo la Carta Democrática de la OEA y el Pacto de Derechos Civiles y Democráticos, que le ha quitado los derechos políticos, los derechos fundamentales a ejercer, a votar y a ser elegido a quién denunció el paramilitarismo, a quien denunció el cartel de la contratación por medio del cual, unos cuantos empresarios corruptos, empresarios del poder y de la muerte, habían decidido quedarse con los dineros públicos de todos los bogotanos.
El procurador tiene que decirle al mundo que él es el continuador en una de sus formas de lucha, de la misma lucha de quienes levantaron las sierras eléctricas, de quienes quisieron extinguir la diferencia en Colombia, la diversidad y la democracia, por eso, haciendo una reflexión, ¿cuál es nuestra actitud hoy? Pues recuerdo Antonio (Navarro) sus palabras ante Pizarro muerto en su tumba: Nosotros somos la generación de la paz, no nos vamos a dejar arrebatar de nuevo la esperanza de la paz y la democracia, no vamos a caer en sus trampas, nos quieren llevar a la violencia y no señores, los violentos son ellos, los tristes son ellos, nosotros somos la alegría, nosotros somos la paz y la democracia. Alegres pero firmes, por eso debemos ser conscientes de lo que empieza hoy en la Plaza de Bolívar de Bogotá. Aquí empieza una movilización popular, este es el primer día de muchos, hoy nos vemos muchos, pues seremos más.
Creyeron que calculando la decisión arbitraria, cercana la Navidad, el pueblo no iba a salir a las calles.
Cómo será, cómo será la conciencia de la arbitrariedad que han cometido, que temerosos del pueblo, temerosos de la democracia una vez hicieron su rueda de prensa anunciando la ingrata noticia, desocuparon y evacuaron la Procuraduría General de la Nación, la hicieron rodear de fusiles y tanques. Miren qué diferencia, miren qué diferencia, mientras allá está el vacío lúgubre de los pasillos de la Procuraduría, mientras sólo se pueden defender a punta de fusiles, aquí estamos nosotros, aquí estamos nosotros sin una sola arma rodeados de los del pueblo. La diferencia es que allá son conscientes de lo que hicieron, allá para que Uribe pudiera subrayar su amistad con con Pacho Santos, entonces armaron la trapisonda, destituyamos a Petro que nada pasa, y ponemos a Pacho Santos en la Alcaldía... ¡ay Uribe, como si se pudiera borrar al pueblo!
Aquí comienza un movimiento popular. Esta Plaza de Bolívar tiene que ser el comienzo de muchas Plazas de Bolívar en todos los pueblos de Colombia.
Con mucha tranquilidad, con mucha alegría, pacíficamente, el Alcalde Mayor de Bogotá convoca a toda la ciudadanía de Colombia a expresarse en las plazas de Bolívar para convertirlas en la prosa de la democracia, en las prosas de la Paz.
Quiero, que los indígenas salgan con sus cabildos, quiero que el movimiento agrario salga a abrazar a la Bogotá Humana, quiero que los trabajadores y las trabajadoras de Colombia organizados o no, constituyan los comités de defensa de la Bogotá Humana que son los mismos comités de defensa de la paz y la democracia, quiero que las juventudes animalistas, las que saben qué significa matar entre aplausos y alegrías un toro, quiero que las juventudes ambientalistas que saben que es más importante un árbol que un bolardo, que es más importante un humedal que una losa de cemento, quiero que todas las juventudes de Colombia, que saben que es más importante el cerebro que el cemento, el libro que el tanque de guerra, se reúnan en las plazas de Colombia y produzcamos el movimiento que sea capaz de detener a los enemigos de la Paz.
Lo que tenemos que detener es un fascismo, no es este el único caso en el mundo, muchos fascismos se han detenido en el mundo bajo la consigna de no pasarán, le tocó a Bogotá ser el inicio de este movimiento de los indignados de Colombia, le tocó a Bogotá ser la vanguardia de quienes decimos basta a la trampa, de quienes decimos basta al asesinato, de quienes decimos que aquí en Colombia debe reinar la paz y la democracia el entendimiento y el diálogo, que el Presidente de la República lo sepa, él es el que tiene que decidir en última instancia, él es el que tiene que decidir si avala la decisión del Procurador o es capaz, ante la ruptura de la Constitución, de impedir su orden arbitraria, ahora sabremos si el Presidente de la República está con la paz o simplemente con su reelección.
Que América Latina, el pueblo latinoamericano que es diversidad, ha sido capaz de decirle al mundo su dignidad, su soberanía que hoy Bogotá se levanta indignada esperando la solidaridad latinoamericana, y como somos un movimiento internacional de solidaridad con la Bogotá Humana para que aquí el fascismo se detenga.
Quieren acabar con la Bogotá humana porque quieren acabar con la democracia en América Latina. Que lo sepan en La Habana. Que lo sepan en La Habana, el mensaje, el mensaje que quiere dar el Procurador no es solamente la repetición vieja del discurso dogmático y sectario que elimina la diferencia, es también una trampa que quieren eliminando Bogotá Humana, es lanzar un mensaje de guerra sobre La Habana y aquí queremos decirlo con mucha claridad, los hombres que aquí estamos, que nos levantamos en armas, que no nos dejamos arrodillar ante la tortura y nos condujeron a la cárcel, Antonio que también como Aída, que nunca conoció un arma, pero Antonio qué le quitaron la pierna, su voz en uno de los tantos atentados, nosotros que nos levantamos en armas pero que firmamos la paz tres años antes que Nelson Mandela, parte del gobierno, las Farc en La Habana, que no retrocedan ante la paz, que lo que quieren hacer aquí es una trampa para impedir la paz de Colombia, qué quieren dejándonos a nosotros, los que formamos la paz, los que le cumplimos a Colombia con nuestra firma, los que dijimos que la palabra vale, que palabra que sí, los que hicimos la Constitución, y los que gobernamos estos dos años sin robarnos un peso, con la frente en alto, los que con el corazón decidimos política pública tras política pública sólo con el afán de favorecer a los humildes, de favorecer a los excluidos, de favorecer a los discriminados, nosotros les decimos a los guerrilleros de las Farc: ni se les ocurra bajar la bandera de la paz, la paz es la democracia, la paz es la justicia social y aquí estamos construyendo esta Bogotá, hoy vanguardia democrática de Colombia, cada uno de nosotros, cada una de nosotras, presente uno junto al otro, una junta a la otra, somos la cadena de afectos qué puede lograr verdaderamente la transformación de Colombia y la paz.
Yo voy hasta donde ustedes me digan, si vamos a ir a donde queremos, hacia la paz y la democracia, tenemos que saber lo que tenemos que hacer en estos días, esta es la Plaza Tahir de Colombia, aquí debe comenzar una revolución democrática y pacífica, una revolución de los corazones y de los cerebros, hemos convocado a América Latina y creemos que América Latina nos va a responder, creemos, a pesar de la opinión del fascismo, que la Bogotá Humana se va a quedar en este Palacio y en los barrios de Bogotá, pero quiero que me acompañen para enseñarle a Colombia, quiero que nos hagamos aquí un compromiso, no solamente nos vamos a ver hoy en una manifestación más en la Plaza de Bolívar, aquí ha de quedar un equipo, voluntarios y voluntarias haciendo vela democrática en la Plaza, aquí mañana tenemos que volver y pasado mañana, y después de pasado mañana, aquí cada vez más y más pueblo y multitud, aquí vamos a saber defender la dignidad de Colombia, aquí el alcalde se queda si ustedes se quedan.
Aquí se prenderá la antorcha simbólica de la democracia y esperaremos que las novenas navideñas en toda Colombia se den en las plazas alrededor de la antorcha democrática. Esperaremos aquí la decisión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, esperaremos aquí la decisión de la Corte Constitucional, veremos si es cierto que es un ilícito en Colombia desprivatizar un servicio público, veremos si es cierto que el alcalde de Bogotá actuó irregularmente porque le quitó 500 mil millones de pesos que cuatro contratistas le robaban a los usuarios del aseo de Bogotá, veremos si es cierto que es pecado en Colombia el reciclaje y la separación en la fuente, veremos si es cierto que es una ruptura del orden constitucional remunerando a los humildes recicladores en vez de arrodillarse al poderoso contratista del aseo, veremos si es cierto que la alcaldesa de la derecha no cometió ninguna irregularidad cuando dejó once días a Madrid, España, con las basuras en la calle, pero si es irregularidad que el alcalde de la izquierda de Bogotá le haya resuelto a la ciudad en tres días el sistema del aseo de los operadores.
Quiero que seamos conscientes del compromiso que estamos asumiendo, Petro no saldrá jamás a una convocatoria a la violencia, pero no esperen que permitamos que el voto popular y la democracia se arrodillen, no, yo creí en las buenas maneras, yo creí en los discursos, yo hasta por convicción propia voté por el Procurador para demostrar que la diferencia es posible en el Estado, pero no podemos ser ingenuos, ellos no nos tratan de la misma manera, ellos negocian con la democracia, ellos manipulan la Constitución.
Quiero que seamos conscientes de la decisión que vamos a tomar, la decisión es convertir esta plaza en el gran ágora de la democracia en Colombia, cada una de ustedes, cada uno de ustedes, ahora dejaremos los voluntarios que quieran velar la democracia, pero cuando regresen a sus casas a sus barrios a sus lugares de trabajo organicen la rabia y la indignación, no dejen que se vaya a la violencia, díganles que vengan a la Plaza, que el Alcalde estará aquí para acompañarlos, que cada vez seamos más, que la población de Ciudad Bolívar, de Kennedy, de Engativá, de Suba, de Tunjuelito, que los niños y las niñas, los artistas, las artistas, las mujeres, los trabajadores, los necesitamos aquí, que este es el momento de cambiar la historia de Colombia, que aquí hay gente dispuesta a asumir el compromiso, que lo que nos emociona aquí no es un puesto, no es un salario, el salario se lo podemos regalar al Procurador.
No nos obnubilan las riquezas ni los palacios, lo que queremos defender aquí es la dignidad, lo que queremos defender aquí es el respeto que se merece el voto popular del 30 de octubre, lo que queremos defender aquí es el derecho a gobernar por parte de quienes son diferentes a la tradición política de Colombia, lo que queremos defender aquí es la Paz, así mismo yo no pertenezco a ningún partido político, he querido que Aída me acompañe, Navarro y mi familia porque quiero que sean testigos de que ésta persona que hoy es el Alcalde, pudo no serlo, está dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias que ustedes me digan, siempre por la paz y la democracia, vamos a comenzar el movimiento de los indignados de Colombia, que lo sepan en toda Colombia, nuestra historia comienza también por su propio pueblo definitivamente aquí y desde aquí, que la Bogotá Humana sea la excusa para construir una Colombia humana, democrática y pacífica.
Los espero mañana con más y más gente, los espero mañana con más fuerza, aquí nos mantendremos en la sede de Nariño y en la sede de Gaitán, aquí nos mantendremos si ustedes nos acompañan, aquí discutiremos si podemos de verdad construir nuestro inmediato futuro, nuestros hijos e hijas se merecen ese esfuerzo que hagamos, no por un puesto, por un país, por una patria, porque no vuelva a suceder lo de la Unión Patriótica, para que no vuelva a suceder lo de Pizarro, porque no nos vuelvan a conducir a las guerras infinitas civiles de Colombia, porque tenemos el derecho a la paz y ese derecho lo ejerceremos. Fascistas, oscuros fascistas no pasarán. Espero al comité que se quede en la Plaza de Bolívar, pueden quedarse todo el tiempo, los espero mañana a las cuatro de la tarde en la Plaza de Bolívar, la plaza de los indignados de Bogotá.

jueves, 29 de agosto de 2013

Paro Nacional Agrario y Popular

En solidaridad al campo, a los campesinos colombianos, hago esta pausa literaria con la información de las noticias de la imaginación ficcional de los libros, los autores para recordar también que Colombia es en esencia un país rural...

Colombia resiste siempre desde el campo...



Valiédome de que el escritor vive inmmerso en una cárcel de la realidad de las palabras; hoy éstas  se destacan  abrumadoras con realidad social que expresan un atisbo general de rebeldía ciudadana. Nuestra opinión como nuestra opción política no está ajena a esa realidad con las palabras, y los hechos sociales que nos asaltan en los útimos días.
Los campesinos colombianos venían en una solemne accionar solos, allá en sus campos, sufriendo el embate de que cada vez sus cosechas son inviables  y costosas, donde el desgreño gubernamental, siempre ávido a atender los reclamos de los más grandes, llamense multinacionales, terratenientes, representados en la Sociedad de Agricultores, los ganaderos de Fedegan, se olvidó del campo, y los pequeños agricultores. Mientras, por el otro lado, se incrementaban las importaciones de alimentos, para favorecer a los grandes industriales importadores.
Sin entrar en detalles con tecnicismos muy precisos, la abrumadora realidad del campo, es que está en crisis, porque el embate de los tratados de libre comercio, los dejaron en una sola y general quiebra. Y la esencia de sus reclamos son justas y necesarias, porque además, representan soberania alimentaria. Colombia, hoy es un país paradojicamente importador de alimentos. Los incrementos de importaciones son abrumadoras debido a esos tratados, y detrás de ellos son millones de personas como los campesinos, como los mismos consumidores de alimentos: los colombianos. 
Por esto entrego hoy a los lectores, esta miscelánea de fotos, portadas, videos para más o menos  comprender, el asunto de la cuestión agraria del Paro Agrario Naciona Y Popular.
Muchas gracias.
El escritor vive inmerso en la realidad, que en el fondo es SU cárcel porque trabaja en el encierro con las palabras que contienen un material social como es el lenguaje, que muchas veces se vuelve político, y SI debe atender a SU opinión política y por tanto iluminar con sencillez, los momentos políticos y sociales de su nación y de su tiempo.
Álvaro Uribe Velez y su oportunismo político electorero, no va más...


Ellos son los verdaderos productores.
La multinacional Monsanto y su lista de semillas y tóxicos
No se puede patentar la vida.
Para entender el problema de las semillas transgénicas...


Lo que te comes...


Los que supuestamente nos cuidan pero reprimen con suma violencias: ES MAD
ESCUADRON DE MUERTE A LA DEMOCRACIA
Sin más palabras...


Una vida dañada por la represión. Se recibe de su propia medicina.
Uso desmedido de su fuerza...



Los polochos son también muchos de origen campesino
 Sin más palabras...
Un Héroe anónimo pero presente en la vida diaria de todos.
Soy papero, soy cebollero, soy lechero, porque somos lo que comemos.
 

Sea buena papa, consuma papa colombiana, criollas, tan únicas.















Fuentes: Facebook. Youtube.com. canalcapital.gov.co

viernes, 3 de mayo de 2013

Guerrero:"Chávez es un García Márquez no desarrollado"

Autor de la biografía Chávez, el hombre que desafió a la historia, Modesto Guerrero pasó por el stand de Ñ en la Feria y habló del legado cultural y político del fallecido líder venezolano, de la construcción de su pensamiento y de qué se puede esperar del chavismo sin Chávez

PERONISMO. "Chávez nunca reivindicó a Perón hasta el 2003 que se reunió con Néstor Kirchner", afirmó el biógrafo./Revista Ñ
La soledad, el silencio y la infinitud, en ese orden, enumera Modesto Guerrero las particularidades del llano venezolano, ese territorio de donde es oriundo al igual que el sujeto de su biografía Chávez, el hombre que desafió a la historia (Ediciones Continente). "Es la zona del país con más acervo cultural de fantasmas y seres imaginados", explica el ex militante que asegura haber escrito las primeras 350 páginas en cuatro meses y medio, al ritmo del joropo llanero, el trancado y todas las formas musicales con las que él se crió y Chávez se formó como líder. "Eso se trasmuta en la biografía: el conocimiento del llano", dice, para después comenzar un balance de los años del chavismo y su legado.

-El gobierno de Chávez engendró un adjetivo, la chavización, ¿qué define ese adjetivo?  
-Define un tiempo, una época, una circunstancia y un montón de cosas adentro. Es un tiempo que tiene un corte histórico, comenzó en 1992 cuando Chávez aparece como un ser mediúmnico en Venezuela, como un redentor. Y en un momento exacto: cinco años atrás o cinco años después Chávez no resulta lo mismo. Dedico la biografía a explicar cómo y por qué surge en el punto exacto en que la sociedad estaba a punto de quebrarse moralmente, de retoceder en todo e ir a cualquier cosa inesperada. Hace su aparición como rebelde, con tres consignas muy extrañas para un militar nacionalista de América latina: no pagar la deuda, no disparar contra el pueblo y barrer la corrupción... La gente lo invistió de un carisma y así transitó 20 años para morir. Chávez es una estrella política que se agotó en 20 años, como esas estrellas del universo, para mal o para bien.

Segundo, en ese tiempo histórico chavizar significa modificar el sistema político de Venezuela, es la constitución bolivariana. Modificar el grado de constraste que se habían instalado en el país por 40 años entre opulencia petrolera y miseria petrolera, la otra cara. Redujo todas las tasas estadísticas de miseria e incluyó a 7.800.000 personas a todos los sistemas: económico, educativo, de salud, arte, música, etc. En un país de 30 millones, es un número.

Y luego, al exterior también se puede llamar arbitrariamente chavización la pluripolaridad mundial de estados. Con esa perversión adjetiva también se llama al sentido de América que quedó con su muerte, por primera vez en 200 años. Hoy es común escuchar, en gente de todo tipo, incluso de derecha, decir "Patria grande". Andrés Oppenheimer, que es un hombre de derecha antichavista total, reconoce ese hecho y Vargas Llosa, el novelista , también. Piensa en diez años atrás quién decía eso: nadie. Ahora eso es común, quedó adquirido como una cultura, una simbolización.

También se puede llamar chavización Unasur, ALBA, CELAC, Petrocaribe, Telesur, Bansur, organismos de medición de la nueva América latina. Por último, chavización también se puede traducir o expresar en lo que hoy se llama la nueva izquierda de América latina, que rompe con la vieja, la que confiesa el socialismo del siglo XXI.

-Pero chavización es un adjetivo que también se utiliza para denigrar al chavismo en particular y al gobierno venezolano en particular. Porque el chavismo excede al gobierno venezolano.
-Es verdad. Hay dos estudios sobre eso pero no tengo las conclusiones ahora, que muestran estadísticamente cuánto se usó, dónde se usó, al servicio de una idea y de la contraria. Una chavización opuesta, una suerte de negación dialéctica. Entonces, una chavización del discurso, por ejemplo, es que nunca en registro histórico se atacó a un personaje vivo, gobernante, de tal manera, con razón y sin razón, como se hizo con Hugo Chávez, al punto de que el diario El País lo mató sietre veces, ABC cinco veces y Miami Herald 17 veces dijo que había muerto. Pero por el lado que lo agarres, esa adjetivación adquirió un rango, no sólo en polítca, un rango cultural, adoptó formas que no estaban registradas hace 50 años en América Latina.

-¿Cómo se hace para retratar a un personaje cuando está vivo y que se muera en poco tiempo?
-Primero, la investigación fue muy sencilla. Una parte en el terreno, donde se desarrolló antes de ser político, me fue muy fácil descubrir en los campesinos barinenses las claves de la conduccta del Chávez joven que permiten conectarlo con el Chávez adulto ya presidente, que es el que importa a la vida oficial o pública. Y, por otro lado, Chávez era una autobiografía caminando. Mira que registré archivos y memorias, pero no encontré un solo líder –no hablo de presidente–, que se haya contado tanto a sí mismo con la libertad que él lo hacía, incluso en cosas bastante personales. Gandhi era así, con muchos más límites porque era religioso... Con Chávez no hacía falta investigar mucho, él te daba las claves, los relatos recreados por él –que era un recreador de relatos. El es un García Márquez no desarrollado. Entonces lo que hacía era tomar las claves y ordenarlas, no sólo en orden cronológico sino orden de lógica de conducta y luego buscaba probar si era así o no, en cuanto exageraba por su capacidad literaria, de campesino, de recrear cosas, el cuento era incompleto. Y ahí fui construyendo el armazón de la biografía.

Luego, con una suma de datos de unos 80 libros y unas 25 entrevistas, incluido su gobierno, donde la única que me negué a utilizar fue la de él por dos razones: ya se había contado y la anulaba porque pasaba a ser una biografía en primera persona, lo que le quitaba el carácter crítico. Es lo que me permitía que sea lo suficientemente autónoma sin ser neutra. No existe obra humana neutra, sobre todo en política. Sin ser lírico ni épico, se trata de un relato de un personaje que terminó siendo épico, porque repotenció tres palabras muertas en 1992: revolución, antiimperialismo y socialismo.

-En cada país que visitaba, Chávez se inventaba un referente local, y en la Argentina en los últimos tiempos en sus discursos repetía "Viva Perón y Evita", algo que a la tropa socialista del chavismo le caía muy mal. ¿A qué se debe que usara esos recursos?
-A las dualidades y contradicciones de un hombre que no nació con un programa en la cabeza, y lo fue armando en el tiempo, aprendiendo a golpes. Perón es un resistente antiimperialista, limitado pero antiimperialista, antiyaquista en todo caso. Pero más grave para Chávez es haber sido tributario de un estafador político como Anthony Giddens, que era asesor tres imperialistas, entre ellos Clinton y Blair. Pero él se entusiasmó porque Chávez se enamoraba de las ideas, amaba el conocimiento. Pero peor que esto es haberse enamorado de Norberto Ceresole, por ahí comienza la biografía, que era un filonazi.

Yo le dedico un capítulo, "De la mano de Néstor Kichner" se llama, porque Chávez nunca reivindicó a Perón antes del año 2003. Era un nacionalista de América latina. Para los caribeños, los paraguayos y muchos españoles es mala palabra, a pesar de todo lo que hizo en sus dos primeros gobiernos, que nadie hizo ni antes ni después, porque en Venezuela fue el invitado especial del dictador que nos mataba, en Dominicana fue el invitado de El chacal del Caribe, Trujillo. Chávez se educó en esa cultura de Perón invitado con Isabelita y las prostitutas que tenía el dictador. Bueno, pero hay que saber diferenciar y eso es lo que aprendió Chávez con el Peronismo. Diferenció lo bueno de lo malo, por eso en Venezuela no se aplica Peronismo. Acá invoca a Perón, en Perú invoca a Juan Velazco. Es parte de la ductilidad y flexibilidad ideológica, teórica de los líderes nacionalistas que no tienen un programa, tienen en general varios programas. Y los personajes los van tomando según el lugar del programa. El mérito de un personaje como Chávez es que se superó a sí mismo como militar y como nacionalista: llegó al socialismo no habiendo tenido esa escuela. Y rompió con el nacionalismo, porque desde el año 94 cuando salió de la cárcel salió a la calle con un programa internacionalista. En el año 2006 llegó a plantear en Caracas la fundación de la quinta internacional. Búscame una figura en la historia humana que se haya superado a sí misma y haya llegado a ese nivel de concepto. Otra cosa es qué se pudo hacer, esas son las contradicciones. pero llegar es eso es una rareza, es un tipo anómalo en lo que era. Por eso lo construyo en la biografía con paradojas.

-¿Cuál es la posibilidad de que el Partido Socialista Unido de Venezuela siga unido?, porque tiene varias corrientes. ¿Nicolás Maduro puede ocupar ese lugar de gestor que siempre ocupó Chávez?  
-Maduro es un emergente líder político como presidente, no se ha probado como líder histórico. Esa es su prueba ahora. A él le toca la prueba más difícil en la historia del chavismo, varias veces superior a la que sufrió Chávez. El cahvismo es un movimiento de carácrter social plebeyo, es un movimiento de izquierda, no hay derecha en el chavismo, no hay capitalistas y burgueses en el chavismo, no hay capitslismas en el gabinete y las estructuras de mando del estado. El chavismo es contradictoriamente plebeyo y tiene un programa socialista, de algún tipo pero socialista. Eso está en marcha. El chavismo es el primer movimiento que pierde a su líder y queda montado sobre una gigantesca cantidad de victorias. Siemore fue: muere el líder, hay un derrota y se acabó el movimiento. Explota. el único que sobrevivió al pasado fue el perobnismo, y tenía a los tres años 16 corrientes internas divididas. El chavismo puede sobrevivir un rato más largo porque está montado sobre victorias, 17 sobre 18, y grandes conquistas sociales. Pero podrá sobrevivir si en ese tiempo logra rearmar su economía, reconstruir un sistema político –porque el sistema personalista de chavez murió con él–, y derrotar al rentismo petroloero. Sin esas tres condiciones el chavismo puede entrar en absoluta decadencia y no electoral, decadencia social.

viernes, 12 de abril de 2013

Neruda vuelve para recordar a Thatcher y Pinochet lo que fueron

Neruda era simpatizante y amigo cercano de Allende; estaba enfermo, pero planeando dejar del país para ir a México, adonde había sido invitado a exiliarse. Mientras se hallaba en su lecho mortal en una clínica, su casa había sido allanada y arrasada por soldados

El dictador chileno, Augusto Pinochet junto a la dama de hierro, Margaret Thacher. Las derechas siempre son muy solidarias entre ellas./puercoespin.com.ar
Es curioso, históricamente hablando, que Margaret Thatcher muriera el mismo día en que los forenses, en Chile, exhumaron los restos del difunto y gran poeta chileno Pablo Neruda. Autor de los épicos “Veinte poemas de amor y una canción desesperada” y ganador del Premio Nobel 1971 de Literatura, Neruda murió a los 69 años, supuestamente de cáncer prostático, apenas doce días después del violento golpe militar del 11 de septiembre de 1973, lanzado por el jefe del Ejército Augusto Pinochet contra el elegido presidente socialista, Salvador Allende. Aviones de guerra destrozaron el palacio presidencial, y Allende los contuvo valientemente; pero se suicidó con un rifle que le había dado el presidente de Cuba Fidel Castro cuando los matones de Pinochet finalmente irrumpieron. Neruda era simpatizante y amigo cercano de Allende; estaba enfermo, pero planeando dejar del país para ir a México, adonde había sido invitado a exiliarse. Mientras se hallaba en su lecho mortal en una clínica, su casa había sido allanada y arrasada por soldados.
En su funeral, una gran multitud de dolientes marchó por las calles de Santiago –una ciudad sombría que, por lo demás, estaba vacía excepto de vehículos militares. En su tumba, en uno de los únicos actos conocidos de desafío público en la estela inmediata del golpe, los asistentes cantaron la Internacional y vivaron a Neruda y también a Allende. Mientras lo hacían, los hombres del régimen recorrían la ciudad quemando libros de autores que no les gustaban y cazando a quien pudieran encontrar para someterlo a torturas o matarlo.
Hace un par de años, el ex chofer de Neruda expresó en público su sospecha de que Neruda había sido envenenado, diciendo que había oído al poeta decir que los doctores le habían aplicado una inyección y que, inmediatamente después, su condición había empeorado drásticamente. Hay otros detalles que alimentan esta teoría, pero nada concluyente. La ciencia forense, finalmente, puede proveer la respuesta a este perturbador interrogante histórico.
¿Por qué traer a colación a Maggie Thatcher? En un tributo el lunes pasado (7 de abril de 2012), el presidente Barack Obama dijo que había sido “una de las grandes adalides de la libertad y las libertades”. En realidad no, no lo fue. Thatcher fue una fiera combatiente de la Guerra Fría, y en lo que respecta a Chile nunca reunió la suficiente compasión por  la gente que Pinochet mataba en nombre del anticomunismo. Prefería hablar de su muy atesorado “milagro económico chileno”.
Y bien que mataba. Los soldados de Pinochet congregaron a miles en el estadio nacional del país y, allí mismo, los sospechosos fueron conducidos a vestuarios y corredores y bancas, torturados y ejecutados. Cientos murieron sólo en ese estadio. Uno de ellos fue el reverenciado cantante chileno Víctor Jara, quien fue golpeado, dejado con manos y costillas rotas y luego ametrallado, tras lo cual su cuerpo fue descartado como basura en un callejón de la capital –junto con los de muchos otros. La matanza continuó incluso después de que Pinochet y sus militares tuvieron un firme control del poder; fue llevada a cabo con el mayor secreto, en cuarteles militares, edificios de policía y en el campo. Críticos y opositores del nuevo régimen fueron asesinados también en otros países. En 1976, la agencia de inteligencia de Pinochet planificó y ejecutó un ataque con coche bomba en Washington, D. C., que asesinó al exiliado ex embajador de Allende ante los Estados Unidos, Orlando Letelier, así como a Ronni Moffitt, su asistente norteamericana. Gran Bretaña consideró impropia la razzia asesina de Pinochet y sancionó a su régimen rehusándose a proveerle armas –esto es, hasta que Margaret Thatcher se convirtió en Primera Ministra.
 
En 1980, año en que asumió el cargo, levantó el embargo de armas contra Pinochet; muy pronto él compraba armas inglesas. En 1982, durante la Guerra de las Falklands (Malvinas) contra la Argentina, Pinochet ayudó al gobierno de Thatcher con inteligencia sobre la Argentina. De allí en más, la relación se volvió directamente cálida, tanto que los Pinochet y su familia comenzaron a realizar una peregrinación anual privada a Londres. Durante esas visitas, ellos y los Thatcher se reunían para comer y beber sorbitos de whiskey. En 1998, mientras escribía un perfil de Pinochet para The New Yorker, la hija de Pinochet describió a la Sra. Thatcher en términos reverenciales, pero confió que el marido de la Primera Ministra, Dennis Thatcher, era un motivo de vergüenza y usualmente se emborrachaba en las reuniones. La última vez que me reuní con Pinochet en Londres, en octubre de 1998, me dijo que estaba a punto de llamar a La Señora Thatcher con la esperanza de que hallara tiempo para tomar el té con él. Un par de semanas después, Pinochet, todavía en Londres, se encontraba bajo arresto por orden del juez español Baltasar Garzón. Durante la prolongada cuasi- detención de Pinochet en una confortable casa del suburbio londinense de Virginia Water, Thatcher mostró su solidaridad visitándolo. Allí, y frente a las cámaras de televisión, expresó la deuda británica con el régimen chileno: “Yo sé cuánto le debemos” –por “su ayuda durante la campaña de las Falklands”. También afirmó: “Fue usted quien trajo la democracia a Chile”.
Esto, por supuesto, era una falsedad de proporciones tan enormes que no puede ser pasada por alto como producto del excesivo celo de una amiga leal.
Pinochet murió en 2006 bajo arresto domiciliario y enfrentando más de trescientos cargos criminales por violaciones a los derechos humanos, evasión fiscal y malversación. Para entonces, se le atribuían más de 28 millones de dólares escondidos en cuentas bancarias secretas en varios países que no tenían traza alguna de haber sido ganados legalmente. Al final, la única defensa de Pinochet fue una humillante declaración de demencia senil –que no podía recordar sus crímenes. El ataque final al corazón llegó antes que la condena.
Durante los años de lo que podría ser llamado el regreso de Chile a la democracia, después de 1990 –cuando Pinochet fue obligado a dejar la Presidencia de la que se había apoderado, en seguimiento a un referéndum que perdió—, poco se hizo para exorcizar realmente los demonios de Chile, mucho menos para juzgarlos. Pinochet retuvo el comando de las Fuerzas Armadas, y cuando abandonó ese rol, en 1998, conservó una senaduría vitalicia que le dio inmunidad ante la justicia. Hasta su detención en Gran Bretaña, los presidentes que gobernaron el Chile “democrático” rodeaban de puntillas el hecho de que el ex torturador en jefe del país seguía dictando los términos de la discusión nacional sobre el pasado reciente. Tras su regreso a casa, después de dieciséis meses, sin embargo, se le quitó su inmunidad parlamentaria, fue acusado por algunos de los crímenes del golpe, y pasó buena parte del resto de su vida bajo arresto domiciliario. Pero fue necesaria Michelle Bachelet, presidente de Chile entre 2006 y 2010 —la hija de un general que se opuso al golpe y fue torturado hasta que murió de un ataque cardíaco— para que se acabara con aquella tradición de deferencias.
En un país donde la historia permaneció enterrada por décadas, es apropiado desenterrar a Neruda para descubrir la verdad de lo que le ocurrió. En cierto sentido, Neruda fue como Lorca, el poeta español asesinado en las primeras semanas del golpe fascista de Francisco Franco en 1936 y cuya sangre ha sido una mancha en la conciencia de su país desde entonces.
Chile tiene ahora la chance de hacer lo correcto. La casa veraniega de Neruda en Isla Negra, a unas millas de Santiago, es una villa modesta y encantadora sobre una playa rocosa, con ventanas que miran al mar y la lírica colección de viejas sirenas de barcos como decoración. Él y su mujer, Matilde Urrutia, fueron enterrados allí, y allí es donde los investigadores fueron a buscar la verdad. Al final, aún si Neruda murió de cáncer, como se dijo en su momento, su exhumación será una oportunidad para reforzar el mensaje dirigido a los autoritarios de todas partes de que las palabras de un poeta siempre sobrevivirán a las suyas y los ciegos elogios de sus poderosos amigos.

viernes, 5 de abril de 2013

Los tres Chávez

Entonces Chávez tomó el micrófono, contó un chiste sobre españoles y venezolanos y las deudas heredadas desde la colonia que provocó risas y liberó las tensiones de los otros jefes de Estado

Hugo Chávez, en versión popular de un muñeco. Obsérvese su mano puesta en el texto de la Constitución Bolivariana./elpais.com
1.-El conciliador
Este Chávez no era tal. En aquel año 2000, la primera vez que lo vi, tenía apenas un año de haber enterrado al bipartidismo venezolano y creía aún en humanizar un capitalismo que había olvidado a los pobres en su país. Todos conocíamos su sorpresivo e histórico triunfo que terminó con el sistema político dos años antes, pero Chávez llegó discreto a la Cumbre Iberoamericana de Panamá, entre un ejército de cámaras fotográficas y reporteros boquiabiertos que seguíamos a Fidel Castro de conferencia en conferencia.
Dos días antes, la policía panameña, guiada por la omnipresente inteligencia cubana, había capturado al terrorista anticastrista Luis Posada Carriles y desmantelado un compló más para asesinar a Fidel. Así que Chávez y los demás mandatarios de América Latina, España y Portugal, llegaron sin que nadie les pusiera más atención que la que requerían las fotos obligadas en los cables de agencias noticiosas. Fidel concentraba todas las miradas, que aprovechaba para denunciar las actividades de Posada Carriles y los años que había vivido protegido por las autoridades salvadoreñas (llegó a Panamá con un pasaporte salvadoreño) conspirando junto al exilio cubano de Miami. Y luego pasó algo sin precedentes.
Los mandatarios se reunieron a puerta cerrada. La versión oficial dice que fue un error técnico, pero lo cierto es que mientras escribíamos notas sobre la declaración final de la cumbre en el salón de prensa, se encendieron los monitores y presenciamos un acalorado enfrentamiento entre Fidel y el presidente salvadoreño, Francisco Flores. Castro acusaba a Flores de darle protección a Posada Carriles, y el presidente salvadoreño respondió culpándolo de haber financiado al FMLN en los años ochenta y de ser responsable de miles de muertes en la guerra civil salvadoreña etcétera etcétera. Intentó mediar la discusión algún presidente sudamericano y Fidel lo calló y dictó una cátedra de historia salvadoreña del Siglo XX que cerró acusando al partido de Flores, ARENA, de haberse fundado sobre los Escuadrones de la Muerte y de conspirar con el anticastrismo cubano de Miami para poner bombas en hoteles de La Habana.
Entonces Chávez tomó el micrófono, contó un chiste sobre españoles y venezolanos y las deudas heredadas desde la colonia que provocó risas y liberó las tensiones de los otros jefes de Estado. Luego les pidió a ambos que terminaran la discusión y que conversaran la siguiente semana, en privado, en la toma de posesión del presidente mexicano Vicente Fox. Se ganó el reconocimiento unánime de todos los asistentes (Comenzando por el Rey Juan Carlos I de España, el mismo que doce años después le disparó aquel “¿Por qué no te callas?”) y el agradecimiento eterno de la presidenta panameña por haberle salvado la reunión presidencial más tensa de que se tenga memoria. Aquella fue la última cumbre a la que asistió Fidel Castro.
Hugo Chávez salió de Panamá con las cámaras siguiéndolo. Era el gran conciliador. Dos días después visitaba San Salvador y se retrataba abrazado con Francisco Flores. ¿Y Fidel? “Ya me prometió que se dará un abrazo con Francisco la próxima semana, en México”. En México, la siguiente semana, no hubo tal abrazo con Francisco Flores. (Luis Posada Carriles, el terrorista, fue liberado años después, tras recibir el perdón de la presidenta Mireya Moscoso la mañana del último día de su gestión presidencial).
Por aquellos días, ya siendo presidente, Chávez no hablaba de socialismo. El periodista venezolano Albinson Linares rescató recientemente, en su libro Nuestro Enfermo en La Habana, una entrevista concedida por Chávez al chileno Manuel Cabieses en 2005, en la que mirando al pasado le confiesa: “Estaba confundido, hacía lecturas equivocadas, tenía unos asesores que me confundían todavía más. Llegué a proponer un foro en Venezuela sobre la Tercera Vía de Tony Blair. Hablé y escribí mucho sobre un ‘capitalismo humano’. Hoy estoy convencido de que eso es imposible; llegué a la conclusión de que el único camino para salir de la pobreza es el socialismo”.
2.-El sobreviviente
En 2001 Chávez aprobó las llamadas leyes habilitantes que incluían una reforma agraria, una nueva ley de hidrocarburos y una ley de pesca que podrían ser consideradas conservadoras por cualquier país desarrollado, pero intolerables para la rancia elite venezolana.
El desprecio de las elites económicas y el odio de la corrupta dirigencia sindical venezolana les impidieron dimensionar a Chávez. Confundieron el mesianismo del presidente con estulticia y decidieron poner punto final al atrevimiento de aquel advenedizo. Entre los empresarios, los sindicalistas y algunos militares le montaron un golpe de Estado con la mirada complaciente de Estados Unidos (y la España de Aznar); el golpe dio paso a su captura y a la instalación de un gobierno presidido por el líder empresarial Pedro Carmona y reconocido de inmediato por el presidente Flores (luego se dijo que Estados Unidos, España y Colombia también hicieron gestiones para reconocerlo pero nunca hubo más reconocimiento oficial en todo el mundo a aquel gobierno golpista que el de El Salvador).
Chávez regresó dos días después en los hombros de su pueblo, y entonces se dio cuenta de que ya no podía seguir jugando al malabarista. Le declaró la guerra a los golpistas, a Estados Unidos y a todo lo que tuviera que ver con ellos y consolidó para siempre su comunión con ese pueblo que le había dado más fuerza que todos los poderes que intentaron derrocarlo.
La oposición, cercada y aún ciega, intentó un último embate y en diciembre de ese mismo año le montó un paro general que dejó a Venezuela sin productos básicos. Los principales medios de comunicación se unieron abiertamente al paro; la empresa privada paralizó la producción y la distribución de bienes mientras los sindicatos frenaron al sector petrolero. Chávez, mermado, apeló a la resistencia de su pueblo.
En aquel diciembre visité por primera vez Caracas que era un manifestódromo. Cientos de miles de manifestantes chavistas y antichavistas se cruzaban en las principales avenidas. Parecía una caricatura de la división de clases sociales, pero era el retrato de las pasiones divididas alrededor del presidente. La comida escaseaba. En los hoteles más lujosos ya no quedaba ni leche y en las calles apenas se conseguían arepas. Era casi imposible conseguir un boleto de avión porque miles de venezolanos de las clases medias y altas hacían colas para abandonar el país. A manera de premonición, uno de los simpatizantes chavistas me dijo: “Esta la ganamos nosotros porque estamos acostumbrados a vivir sin comida. Ellos se van a desesperar más rápido”.
Entre cacerolazos y en pleno pulso con el sector productivo venezolano, Chávez se refugió en su púlpito. Sin eco en los medios de comunicación arremetió con su Aló Presidente y recibió a la prensa extranjera. Cada día del paro, en vez de doblegarlo, parecía acrecentar la figura del presidente.
Un domingo de aquel diciembre presencié en Miraflores seis horas de monólogo chavista junto a docenas de periodistas internacionales. A la medianoche, tres periodistas nos sentamos a entrevistar al presidente en el balcón de su residencia. “No me gustan las entrevistas, prefiero las conversaciones así que conversemos y luego ustedes escriben lo que quieran”.
Nunca supe cuál era su secreto para no dormir. Aquella noche habló de su infancia, de su paso por la academia militar, de los héroes de la historia venezolana, de lo injusta de la distribución de la riqueza en Venezuela y de lo grosera que era la oposición que enfrentaba. Justificaba sus acciones y sus decretos autocráticos con la necesidad de resistir a las poderosas fuerzas que conspiraban en su contra. A pesar de la presión que enfrentaba aquellos días, Chávez era un hombre encantador. Afable, dicharachero y con un carisma que seguía intacto en horas de la madrugada.
Cinco horas después me disculpé y le dije que tenía que retirarme para tomar el único avión en el que pude conseguir asiento. Se levantó, entonó la garganta y comenzó a cantar: “Hermano salvadoreño, viva tu sombrero azul”.
Chávez no solo volvió a imponerse a una oposición torpe, estúpida y prepotente, sino que se encargó de que nunca tuvieran suficiente poder para volver a desafiar el suyo. Eso fue en 2002.
3.-El pueblo es Chávez es el pueblo
La noche de su reelección, en diciembre de 2006, Chávez la celebró anunciando, ante un mar de personas vestidas de rojo, el comienzo del Socialismo del Siglo XXI. Sus ministros y funcionarios, temerosos de terminar destituidos en cualquier domingo de Aló Presidente, se pusieron nerviosos. Nadie sabía a ciencia cierta qué quería decir el comandante.
El Estado venezolano era ya una enorme burocracia en función de lo que ordenara el presidente. Una que no tenía más estándares de calidad en materia de recursos humanos que la que dictaran los hombres más cercanos al comandante, usualmente funcionarios ineficientes pero envalentonados que amenazaban con llevar el proyecto chavista al fracaso.
La alcaldía de la capital era gobernada por un profesor universitario de apellido Barreto que escupía a sus adversarios después de insultarlos y para el cual el socialismo era una nueva oportunidad para depurar los círculos bolivarianos y hacerse de más recursos.
El alcalde organizaba tomas de edificios para dejarlos en manos de familias enteras y al siguiente día del mensaje presidencial apareció en televisión advirtiendo que purgarían al Estado y al partido. “Aquí somos comunistas y marxistas y el que no lo entienda tiene que irse”. El presidente le corrigió después la plana, como había hecho tantas veces antes.
Los chavistas más radicales, como el comando de Lina Rhon, que organizaban a los comités en los barrios marginales, acusaban de corrupción al alcalde y le advertían que él no era el chavismo. “El chavismo solo es Chávez”, le recordó uno de los organizadores de las milicias chavistas. “Esto no es Cuba, ni el 67. Esto es Venezuela, y en el Siglo XXI. ¿Dónde estaba (el alcalde) Barreto cuando salimos a defender a nuestro presidente el día del golpe? En las calles no andaba, así que mejor que cierre la boca”.
Chávez era el hombre fuerte, pero su círculo de poder no parecía, y nunca fue, suficiente para que los ambiciosos planes de revolución social del presidente se conviertieran en realidad. La corrupción, la ineficiencia y la desorganización frenaron ese proceso.
Pero en los barrios venezolanos Chávez se convirtió en una figura religiosa. Los pobres lo veneraban porque les había otorgado dignidad. Porque su presidente luchaba contra las naciones más poderosas del mundo y contra los hombres más ricos de Venezuela por ellos.
En las inumerables ventas ambulantes del centro de Caracas se vendían por decenas muñecos con la figura de Chávez Made in China, que al apretarles la espalda pronunciaban un discurso con la voz del presidente (“Ahora es que viene lo bueno, candanga con burundanga”).
En los barrios más pudientes de la ciudad, en cambio, muy pocos entendían por qué había sido reelecto ese hombre al que odiaban tanto. Los barrios populares, como el 23 de Enero o Catia, eran apenas unas lucecitas al fondo del paisaje desde sus balcones. Ahora aquellos pobres, que nunca habían existido, se atrevían a decidir quién mandaba en el país.
En su afán por dar la estocada final a sus opositores Chávez sustituyó a las elites tradicionales con nuevos beneficiarios del Estado. Cerró medios de comunicación e instaló los propios, tan llenos de mentiras y de vulgaridades y de insultos y de prepotencia como los que había cerrado.
En Miami, un cubanoamericano, propietario de una peletería, me confesó lo contento que estaba con el presidente venezolano: los antiguos ricos venezolanos se habían mudado a Miami y seguían siendo buenos clientes, pero ahora venían todas las semanas, desde Caracas, los nuevos ricos que compraban más mercancías. Los petroburgueses chavistas, los boliburgueses.
Es innegable que Chávez volcó grandes recursos a atender a las clases más necesitadas. En un país con desigualdades históricas insultantes, dedicó las rentas del petróleo a los pobres venezolanos. Pero el comandante, a pesar de su aparente omnipresencia que se extendía a América Latina entera, construyó un aparato burocrático corrupto e ineficiente paralelo a su culto personal. Se endiosó tanto, y lo endiosaron tanto, que terminó gritando que todos los venezolanos eran Chávez.
Su pecado no fue, como dicen sus críticos, haber terminado con la institucionalidad en Venezuela, porque esa tampoco existía antes. Sino creer que podía construirse un proyecto sostenible y un modelo social sin construir esa institucionalidad. Él era el soberano, él era el justo juez, él era el pueblo y el gobierno. Él era el socialismo del Siglo XXI.
Chávez ha sido el líder más emblemático de América Latina en este siglo. Un hombre que dio un nuevo rumbo a la izquierda revolucionaria latinoamericana, que abanderó la unidad regional y que se convirtió en el estandarte de la resistencia a la tremenda influencia estadounidense en el resto del continente.
Ha sido también el autócrata que pervirtió la institucionalidad para mantener control sobre todo el aparato del Estado venezolano, que censuró medios de comunicación y se vengó de sus opositores atropellando el Estado de Derecho. De la mano de Ejército y de los cuadros políticos que se formaron bajo su liderazgo, copó todos los espacios y asfixió a sus detractores.
Redujo significativamente la pobreza en Venezuela, pero se quedó muy lejos de sus ambiciones. A su muerte, Venezuela sigue siendo un país con desigualdad y violencia. Mucha violencia.

La historia se encargará de ponerlo en su lugar. Pero el mundo ha perdido a uno de sus personajes más fascinantes. Un hombre complejo, de marcados contrastes, de enormes luces y sombras. Un hombre carismático, utópico, mesiánico y vanidoso. Un venezolano singular y universal. El movimiento bolivariano está hoy huérfano, pero tiene también su primer mártir. Y con él intentará ganar las próximas elecciones.