¡Feliz y próspero 2010!
Les desea
El Sueño del Perro: la Novela (des) esperada
El escritor vive inmerso en la realidad, que en el fondo es SU cárcel porque trabaja en el encierro con las palabras que contienen un material social como es el lenguaje, que muchas veces se vuelve político, y SI debe atender a SU opinión política y por tanto iluminar con sencillez, los momentos políticos y sociales de su nación y de su tiempo.
FALTAN TODAVÍA VARIOS MESES para que las celebraciones del Bicentenario invadan la vida de los latinoamericanos, pero ya podemos anticiparnos a la sensación de fracaso que habrá de sentirse donde haya gente sensata.
No me refiero al fracaso de las celebraciones mismas: las celebraciones, puede uno suponer, serán un éxito. Las publicaciones que se hagan, las actividades culturales que se organicen, las previsibles manifestaciones de alegría colectiva que surjan por todas partes: todo eso saldrá muy bien. Pero alguien en algún momento tendrá que preguntarse si, teniendo en cuenta el momento actual de Latinoamérica, hay realmente algo que celebrar. ¿Adónde han llegado estas repúblicas nuestras en doscientos años de Independencia? Echen una mirada por la ventana y asústense: a Colombia y a Venezuela, los dos países que celebrarán con más intensidad, el Bicentenario los sorprende en el peor momento político de la historia. Nacidos hace doscientos años de la mano de ciertos caudillos, los dos están hoy sumidos de nuevo en el caudillismo: en eso, por lo menos, es como si nuestros países no se hubieran bajado en dos siglos de la bicicleta estática.
El caudillo, por supuesto, es nuestro producto más original: “La contribución más importante de América Latina a la ciencia política”, decía un periódico de Nueva York hace unos meses. Y para ser fieles a la tradición, nuestros dos países le dan la bienvenida al aniversario sumidos en una crisis caudillista que no se veía desde que Bolívar se disputaba con otros el liderazgo de estas repúblicas recién paridas. ¿En qué han cambiado las cosas desde la Independencia? Los caudillos de hace doscientos años eran aristócratas en su mayoría; los de ahora, el caballista de aquí y el chafarote de al lado, tienen todos los defectos de la caudillista aristocracia criolla y ninguna de sus virtudes. El mesianismo, el culto a la personalidad, el pisoteo sin complejos de la Constitución, la deliberada difuminación de las fronteras entre el líder y el Estado, la polarización intencional de sus sociedades, la criminalización de toda forma de disenso, el convencimiento de que no hay futuro en su ausencia, la manipulación de los sentimientos patrióticos: ¿suena familiar?
El de al lado ya modificó la Constitución para permitirse la reelección indefinida, e incluso anunció su intención de quedarse en el poder hasta 2021 o 2030 (se ve que está indeciso). El de aquí ha llegado a extremos inusuales para permitirse la segunda reelección, pero no tengo que señalarlos. Allá se compiló la infame Lista Tascón, un inventario de los votantes del referendo antichavista del 2004 que le ha servido al Gobierno para vengarse de mil maneras de la oposición. Aquí se graba ilegalmente a magistrados y periodistas. Ibsen Martínez me recordó el otro día lo que dijo el de allá durante la campaña de 2008: “Yo soy el único venezolano capaz de gobernar a Venezuela”. Y también: “Soy lo único que se interpone entre la paz y la guerra civil”. El de acá ha sido un poco más ambiguo: ya recuerdan ustedes la doctrina de la Hecatombe, célebre en el ámbito del Derecho Constitucional.
El Bicentenario debería darnos la oportunidad de escoger si queremos bajarnos de la bicicleta estática. O si queremos seguir así, pedaleando de la misma forma, doscientos años más.
fuente:elespectador.comPremio a las promesas y las buenas intenciones
vanghore wants to keep up with you on TwitterTo find out more about Twitter visit http://twitter.com/i/26edc7df93d78264a5900ca6ac07c26f2eccaa3a Thanks, About TwitterTwitter is for discovering and sharing what's happening right now through the timely exchange of short, public messages. Since its inception in 2007, this open exchange of information has transformed Twitter from a simple social utility to a new kind of communication with the potential for positive global impact. Individuals and organizations alike are encouraged to try Twitter for a variety of uses ranging from social to commercial.
This message was sent by a Twitter user who entered your email address. If you'd prefer not to receive emails when other people invite you to Twitter you can opt-out Please do not reply to this message; it was sent from an unmonitored email address. This message is a service email related to your use of Twitter. For general inquiries or to request support with your Twitter account, please visit us at Twitter Support. |
LA GODARRIA ANTIOQUEÑA, PRENdiendo a todo volumen los altavoces de la prensa conservadora, ataca a los gritos que en la Fiesta del Libro de Medellín el país invitado sea Cuba.
No un pedazo de Cuba, no la Cuba oficial, sino toda Cuba, la de adentro y la de afuera, la que comulga con el régimen de Castro, pero también la de la disidencia interna y la del exilio. Según la godarria, Alonso Salazar y su administración son mamertos y propagandistas de Castro.
Pero resulta que la Fiesta que ellos están planteando, con Toda Cuba como invitada, es una Fiesta del libro absolutamente abierta y liberal: la Cuba del futuro, la del posible diálogo poscastrista del socialismo heredero de la revolución y la del anticastrismo interno o exiliado. Y Medellín es el mejor escenario para ese diálogo y esa polémica. ¿Por qué? Porque es aquí donde hemos vivido la peor guerra, la peor polarización y los más graves antagonismos. Sabemos lo que es poner a conciliar aquello que parece irreconciliable. Al menos es eso lo que aquí se ha intentado en los últimos años: que la ciudad no sea el símbolo de la exclusión, sino de la inclusión, donde reinsertados guerrilleros y paramilitares puedan trabajar juntos por una ciudad mejor.
Naturalmente un propósito así y una Fiesta así planteada es la más difícil y la que más incomprensiones despierta. Los dos extremos del espectro político son idénticos y se dan la mano. Por un lado la godarria quisiera que sólo pudiera hablar la Cuba anticastrista, ojalá con sus voceros más recalcitrantes y fanáticos; por otro lado la Cuba oficial puede temer el diálogo abierto y pacífico, en vez de la monotonía de la voz única, de la voz oficial con el discurso que repite las consignas trilladas. Con el ruido armado por la godarria criolla, ahora es posible que el Ministerio Cubano de Cultura no deje venir a los representantes oficiales. Ni se diga a los otros. Y esto sería lo peor para la Fiesta del Libro, pues para poder volar en ella hay que tener dos alas: ni sin la izquierda ni sin la derecha se puede volar.
Los fanáticos están logrando lo que siempre consiguen: que no haya nada, salvo la gritería. Que haya solamente una visión unilateral de las cosas. La godarria no soporta que se les diga que en Cuba se sigue haciendo el mejor ron, la mejor música caribeña y los mejores cigarros del mundo: todo lo que viene de los comunistas tiene que ser sucio y malo. Y el ala fanática del régimen tampoco soporta que se le diga en la cara que las limitaciones a la libertad de prensa, de expresión y de movimiento de sus ciudadanos son una cosa absolutamente intolerable en el mundo de hoy.
Medellín podría ser el escenario de la más importante reunión cubana de la historia reciente. Podría ser el lugar de encuentro de toda una cultura valiosísima: la del Caribe, la del bolero, la de la caña, la del son, la de la alfabetización, la del sueño truncado de una sociedad más justa a la que no puede llegarse por el atajo de suprimir lo que el castrismo llama “libertades burguesas”. Una de esas libertades burguesas, tan denigradas, la libertad de hablar, es la que se trata de auspiciar en Medellín. Pero no cerrando las puertas con sectarismo a ninguna tendencia: abriéndoselas a todos.
Cuba no suena con una cuerda única. Cuba es todas las Cubas. Hay elementos rescatables de la Revolución que está cumpliendo medio siglo. No pueden desconocerse sus progresos en deporte y en educación. Pero tampoco pueden negarse las intolerables limitaciones a la libertad individual. Es de esto de lo que quería hablarse en la Fiesta del Libro de Medellín y es esto lo que los fanáticos de uno y otro lado están impidiendo.
Estamos a tiempo de que Toda Cuba se pueda encontrar aquí. Basta una sola virtud: la capacidad de tolerar lo distinto y de abrirse a un diálogo duro, a una polémica fuerte, pero civilizada y sin violencia. Ese es el escenario que Medellín quiere ofrecerle a toda Cuba. Ojalá la godarria antioqueña y la simétrica intransigencia isleña no arruinen este intento de construir un futuro justo, pacífico y libertario.
fuente:http://elespectador.com http://laretomadelapalabra.blogspot.com
BIOGRAFÍA NO AUTORIZADA DE ÁLVARO URIBE VÉLEZ
EL SEÑOR DE LAS SOMBRAS
Joseph Contreras y
Fernando Garavito
(2002)
(Nota: Ni las notas de pie de página, ni las gráficas incorporadas, ni los Apéndices pertenecen a la obra original; son del transcriptor de la misma en formato digital.)
3
CAPITULO I
El misterio de los aviones fantasma
En el año de 1981, siendo director del Departamento de Aeronáutica Civil, Álvaro Uribe Vélez, el Candidato con mayor opción para ocupar desde el próximo 7 de agosto la Presidencia de Colombia, le otorgó una licencia a Jaime Cardona [1] con el fin de que trabajara la ruta aérea Medellín-Turbo. Cuando Iván Duque Escobar [2], que era el gobernador de Antioquia en ese momento, se enteró de la autorización, puso el grito en el cielo. Como no conocía al funcionario que había cometido semejante despropósito, preguntó quién era.
- Es - le contestó uno de sus asesores - uno de los hijos de don Alberto Uribe Sierra.
- ¿Y qué méritos tiene para que lo hayan nombrado?
- Bueno - dijo el asesor -, es joven, tiene 29 años, y su padre ha sido siempre un liberal de raca mandaca.
- Nada de eso tiene importancia - tronó el gobernador - A mí lo que me interesa es que sepa quién es Jaime Cardona.
El asesor no supo qué contestar. En su fuero interno pensó que en Antioquia todo el mundo sabía quién era Jaime Cardona, un empresario vinculado estrechamente a la mafia. Poco después fue condenado por el delito de narcotráfico, y más tarde murió en un accidente aéreo, cuando su avión particular despegaba de la pista que había construido en su hacienda. Duque, un experimentado político casi veinte años mayor que el nuevo funcionario, pidió que lo llamaran.
1 Jaime Cardona tenía antecedentes por narcotráfico y lavado de activos desde el año de 1977 y era considerado en ese entonces como el segundo hombre de la organización de Medellín. El 14 de octubre de ese año fue capturado en una finca situada en Cáceres, corregimiento del municipio de Caucasia, a dos horas de Medellín, y durante el operativo fueron encontrados 530 Kg. de cocaína que acababan de llegar a bordo de una avioneta procedente de San José del Guaviare.
2 Iván Duque Escobar: Gobernador de Antioquia entre el 23 de marzo de 1981 y el 20 de agosto de 1982.
4
3 Julio César Turbay Ayala: Presidente de la República en el período 1978-1982.
- Director - le dijo con una costumbre típica del país que permite dirigirse a alguien por el cargo que ocupa -, me he enterado de la licencia que usted le otorgó a Jaime Cardona. Quiero decirle, en caso de que no esté enterado, que se trata de un empresario vinculado a la mafia.
Al otro lado de la línea, el gobernador oyó un silencio espeso. Y luego, cuando esperaba alguna reacción positiva, escuchó estupefacto que el hasta entonces desconocido hijo de don Alberto sostenía con voz fría y serena que el gobernador estaba mal informado y que el señor Cardona era un hombre de bien. Colgaron. De inmediato, el gobernador pidió que lo comunicaran con la Secretaría Privada del presidente Turbay Ayala [3], donde solicitó una cita.
- Es urgente - le dijo al funcionario.
Mientras el presidente lo recibía, Duque Escobar se dedicó a averiguar qué otras medidas había tomado Aerocivil en los últimos meses. Supo entonces que había otorgado licencias para la construcción de aeropuertos en los municipios de Frontino, Amalfi y Urrao, y en la hacienda "El 90", en Caucasia, propiedad, otra vez, de Jaime Cardona. Con esos datos entre el portafolio viajó a Bogotá. En el despacho del presidente, hizo un relato pormenorizado de las disposiciones. Para no comprometerse le dio el beneficio de la duda:
- Es posible que por su juventud no sepa quiénes son las personas que están detrás de esos negocios.
Pero Turbay, un viejo zorro político fogueado en muchas plazas, se tomó la cabeza a dos manos y con un gesto y una exclamación que en él son característicos, dijo con su inconfundible voz nasal:
- ¡Válgame Dios, mi madre!
5
4 El Colombiano: Principal diario de Medellín, que tiene por copropietaria principal a la familia Gómez Martínez, cuyo máximo exponente es el conservador Juan Gómez Martínez (Alcalde Medellín entre 1988 y 1992, Gobernador de Antioquia en los períodos 1992-1994 y 1997-2000), quien como senador apoyó la candidatura de Uribe Vélez a la Presidencia y en 2006, durante la presidencia del mismo sería nombrado en el cargo de embajador ante el Vaticano.
El gobernador salió convencido de que el asunto se resolvería en pocos días. Pero estaba equivocado. Aunque las licencias fueron derogadas, los archivos aparecieron misteriosamente borrados y el funcionario siguió en su puesto hasta el 7 de agosto de 1982, cuando el presidente terminó su período. Poco después, sobre la polémica actividad que él adelantó en Aerocivil, cayó el tenue manto del olvido. Pero algunas personas jamás la olvidaron. Por ejemplo, los parientes de Femando Uribe Sénior, uno de esos próceres discretos que se encuentran de vez en cuando en Colombia. Uribe Señor había sido alcalde de Medellín y concejal de esa ciudad durante varios períodos hasta que, en enero de 1980, el presidente Turbay lo llamó a que lo acompañara como director del Departamento Administrativo de Aeronáutica Civil, Aerocivil. El nuevo funcionario tomó su cargo con seriedad. En los primeros días de febrero ordenó clausurar algunos aeropuertos clandestinos por donde salían cargamentos de marihuana con destino al exterior. Veinte días después, un mes luego de haber tomado posesión, fue asesinado. El Colombiano [4] del 26 de febrero atribuyó el crimen a las mafias. En la página 11 A de la edición de ese día, sostuvo que la muerte de Uribe Sénior obedeció a "represalias del narcotráfico". Pero en Aeronáutica no creyeron esa versión. El subdirector, Guillermo Ferro, y el jefe de Operaciones, Julio Otálora, se negaron a comentarla con un argumento peregrino: que, en otro sonado crimen, hacía poco tiempo había sido asesinado en Bogotá el jefe de Operaciones de Aerocivil, Coronel Osiris de J. Maldonado. El Colombiano informó el 27 de febrero que la incógnita sobre los móviles no se había despejado. "Las causas siguen ocultas - dijo el periódico - mientras aumentan las versiones. La mayoría está de acuerdo en que el destacado personaje lo mató la mafia por cuanto durante el poco tiempo que llevaba al frente de la Aerocivil había tenido que proceder contra ciertas organizaciones y por la clausura de algunos campos de aterrizaje que fueron descubiertos. Además se dijo que Uribe Sénior estaba para culminar detallado informe respecto a una investigación administrativa que se adelantó
6
5 Rodrigo Lara Bonilla: Ministro de Justicia del gobierno Betancur, asesinado en Bogotá por el Cartel de Medellín, el 30 de abril de 1984.
6 El Tiempo: Principal diario colombiano y el único de circulación nacional en Colombia, perteneciente al grupo periodístico CEET (Casa Editorial El Tiempo), de propiedad mayoritaria de las familias Santos Calderón, dos de cuyos miembros, Francisco "Pacho" y Juan Manuel Santos Calderón, primos entre sí, harían parte del gobierno Uribe Vélez: El primero, Vicepresidente de la República, y el segundo Ministro de la Defensa. Un tercer copropietario del medio, Juan Lozano Ramírez, sería incorporado al gobierno más tarde, como titular de la cartera de Ambiente y Vivienda.
contra determinadas entidades que ilícitamente utilizaban naves aéreas para el transporte de narcóticos".
Pasaron dos meses. Hasta que el 24 de marzo de ese año, dentro de la estricta milimetría burocrática impuesta por Turbay, el gobierno nombró para reemplazarlo a Álvaro Uribe Vélez, un joven liberal del grupo de Bernardo Guerra Serna. Guerra, un político elemental que había permanecido en el Senado durante varias legislaturas a punta de componendas y rifas de neveras, se alegró. Uno de sus pupilos llegaba, y llegaba pronto, a un cargo de representación nacional. Con sagacidad, extendió sus golosos ojos de batracio sobre la nómina. Quienes no lo conocían bien, pensaron que Uribe Vélez permanecería muy pocos días en el cargo.
- O lo matan o se lo comen vivo - fue el comentario en los mentideros políticos de Bogotá, donde la figura del padre y los hechos de la familia habían pasado prácticamente desapercibidos. Pero estaban equivocados. Uribe Vélez logró permanecer 28 meses largos en la dirección del Departamento sin sufrir ni un rasguño.
Un año después del retiro de Uribe Vélez, el Consejo Nacional de Estupefacientes, presidido por el ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla [5], ordenó a la Aerocivil "suspender los vuelos de naves de narcotraficantes" y señaló que en el pasado esa entidad había adolecido de una actitud pasiva y negligente. El 8 de septiembre de 1983, en la página 17 A, El Tiempo [6] informó sobre la medida: "El Consejo Nacional de Estupefacientes solicitó ayer a la Aeronáutica Civil suspender la operación aérea de la flota de
7
7 Pablo Escobar Gaviria, "El Patrón": Principal líder del crimen organizado colombiano asociado al narcotráfico, agrupado en el denominado "Cartel de Medellín". Dado de baja en Medellín, durante un operativo de la Policía, el 2 de diciembre de 1993.
8 Carlos Lehder Rivas: Narcotraficante colombo-alemán, nacido en Armenia (Quindío) y asociado al "Cartel de Medellín". En 1987 fue capturado por las autoridades colombianas y de inmediato se le extraditó a los Estados Unidos, donde fue juzgado y condenado por narcotráfico y lavado de activos. Su condena inicial a cadena perpetua más 135 años, fue reducida a 55 años por su testimonio en contra del ex dictador panameño Manuel Antonio Noriega.
IBA YO POR LAS CALLES DE BOGOTÁ, oyendo no me acuerdo qué programa de no me acuerdo qué emisora, cuando tocó el turno de las propagandas.
Terminó algún anuncio y una voz humana, o algo que parecía una voz humana, ocupó los últimos segundos diciendo cosas que ningún oído humano hubiera podido entender. Yo iba con un amigo extranjero que alcanzó a decirme: “Se ha dañado tu radio”. Luego el radio siguió sonando normalmente: la gente hablaba y sus palabras se entendían, lo cual es el objetivo de hablar en casi todos los casos (hay excepciones). Mi amigo no lo sabía, y no lo habría sabido nunca si yo no se lo hubiera explicado en ese momento, pero lo que habíamos oído era una advertencia a la que algunos anunciadores están obligados por ley. Es decir: la ley considera que el público tiene derecho a saber algo de ese producto —una rifa, un medicamento—, y obliga al anunciante a decirlo al final de su anuncio. La información, grabada a una velocidad ridícula, no se entiende, pero eso no importa: está ahí, la ley se cumple, todos tranquilos en este país de formas.
Colombia es un país de formas: el fondo no importa mucho, nunca ha importado, y menos cuando estorba. Hablo de un programa de radio del que me olvidé en cuestión de horas, pero cualquiera entiende las implicaciones del asunto. Es porque Colombia es un país de formas que un presidente puede reformar la Constitución en beneficio propio, y es por eso que se discute un referendo para hacerlo por segunda vez: aunque la democracia como idea quede más bien mal parada, no se está violando ninguna ley, y las formas se cumplen. Es porque Colombia es un país de formas que la droga sigue siendo ilegal: la ilegalidad convierte un grave problema de salud pública en una gigantesca industria de corrupción, violencia desenfrenada y descomposición política, sumado todo al grave problema de salud pública. Pero nada de eso les importa a los legisladores. ¿Cómo vamos a prohibirles a nuestros hijos consumir algo que es legal?, dicen los partidarios de la prohibición. Y ahí está: que la prohibición genere más problemas de los que resuelve es lo de menos. Lo que importa es qué mensaje se manda. Es cuestión de formas.
Cuestión de formas. El Presidente les pide a los congresistas “que nos han apoyado” votar una ley cualquiera “mientras no estén en la cárcel”: los congresistas han perdido toda legitimidad moral, pero eso es lo de menos, y hay que apurar el voto antes de quedar legalmente inhabilitados. Cuestión de formas. A los desplazados se les llama migrantes, a los civiles asesinados se les llama falsos positivos. El lenguaje falseado, la retórica vacía, son parte de las tradiciones de este país donde se habla, nos dicen, el mejor español del mundo. Otro tema son las cosas que se dicen, o la distancia entre lo que se dice y lo que se hace.
Alguien alguna vez me felicitaba por venir de un país donde los presidentes traducían la Eneida. “Un presidente humanista”, me decía esta persona. Yo no le expliqué que ese presidente había convertido a Colombia en un Estado confesional, había pisoteado la libertad de prensa y transformado el destierro de los enemigos en su arma política preferida. No lo expliqué porque, bueno, sigue viéndose bonito que un presidente de mi país haya traducido la Eneida. Cuestión de formas.
elespectador.com